martes, 19 de junio de 2012

Sexus. Hojeando a Miller, cansado y deforme.

Mañana recibo la prueba de la portada, para decidir el tipo de papel... Tardaré dos minutos en eso, así que supongo que a finales de esta semana, o lo más tardar principios de la que viene, ya debería tener aquí los ejemplares. Ayer vendí un ebook... Y Lu me ha pagado dos ejemplares antes siquiera de darme su dirección... Y ya... De momento...

Cojo un libro que tengo frente a mí, que hace años leí y que hizo que mi cabeza explotara. "Sexus" de Henry Miller. Lo tengo tan subrayado que se cae a pedazos. Rebusco algunas de esas lineas pasando páginas al aire. "Soy un holgazán cuya sola función es expeler espermatozoides dentro de una salivadera de angustias. Provoco orgasmos con cigomática furia. Muerdo la barba que le cubre la boca a ella como si fuera musgo. Mastico grandes pedazos de mi propia melancolía y los escupo como cucarachas" (275). Compré ese libro en Granada, el 29 de diciembre de 2002. Editorial Rueda, 1968. Curiosa fecha. Los rusos entraban en Praga subidos en tanques. "Hay días en que despertar es doloroso y angustiante. Uno deja el reino de los sueños contra su voluntad. Nada ha pasado, excepto la prueba de que la realidad más profunda y verdadera pertenece al mundo del inconsciente" (270). Lo empecé esa misma noche. Iba con amigos. Dormíamos en un hostal del centro con goteras. Las primeras horas de nuevo año las pasé leyendo. Ellos querían subir al albaicín; yo aún no controlaba mi corazón seminuevo y me cansaba, o creía cansar, y en esa pelea cartesiana de la que aún sufro sus secuelas, siempre ganaba la res extensa, pero yo me rebelaba y me cabreaba y recuerdo que me dio mucho coraje tener que volverme al hostal. Como último reducto de mi enconado intento de dominar mi cuerpo me puse a leer a Henry Miller. Recuerdo que compre también un libro de relatos de Herman Hesse. "Bajo las ruedas". "La irresistible criatura del otro sexo es un monstruo en el proceso de convertirse en flor. La belleza femenina es una incesante creación, un incesante girar alrededor de un defecto (a menudo imaginario) que hace que todo el ser se remonte al cielo" (234). No sé por qué estoy contando esto ahora. Quería escribir. El par de borradores que están a medias no me he visto capaz de terminarlos. nada que ver con la novela. Me espero a que todos estén dormidos para escribir y, cuando eso llega, yo mismo estoy muerto de sueño (iba a poner "estoy secuestrado por un agotamiento, bla bla bla..."). "Si se persiste en ahogar los impulsos uno termina por convertirse en un coagulo de flema" (192). Ahora se edita mucho eso que llama la crítica y los blog "autoficción", como si fuese algo nuevo. Es raro. Siempre se han hecho libros "así", pero claro, si eres joven y guapo y en 150 páginas cuentas muchas miserias, y tienes suerte (y amigos) y te editan, te dirán cosas buenas. Eso no es malo, al revés, como proyección de un tiempo concreto es, cuanto menos, interesante, otra cosa son tus fobias, tus filias y tus animadversiones, que uno puede articular y convertir en crítica elaborada. Pero siempre estará Henry sonriendo. Eso ya lo hizo él. Y no sólo eso, sino que lo hizo un millón de veces mejor. Por eso no está de moda. Por eso y porque las 120 páginas de un nuevo escritor de un estilo seco y alabable, se queda en nada frente a 466 de, por ejemplo "Sexus", donde, sí, hay autoficción, pero también.... todo... No se me ocurre otra palabra más tonta... Entonces las 120 se quedan en nada, presas de un tiempo raro. 
En mi casa siempre hubo pocos libros, salvo la época en la que mi padre estuvo picado con Jiménez del Oso y compró varios libros de ufología y fantasmas y teorías conspiratorias, en la casa donde crecí poco había que leer, y eso que lo intentaba queriendo dejar el Pirata Garrapata atrás d euna vez, cogía lo que había por ahí y encontraba truños que con doce o trece años, por más que lo intentaba, no podía con ellos... Recuerdo empezar siete u ocho veces uno llamado "Malinche" (no quiero buscar quién lo escribió), "Tuareg", "Los que vivimos"... Pero en casa encontré un día un libro... "Trópico de cáncer"... Bang... Se acabó. No sólo lo terminé, sino que lo leí cuatro veces más...
"Sus labios estaban destrozados por los mordiscos y tenía marcas por tadas partes, algunas verdes, otras azules. Yo sentía un gusto extraño en la boca, a cola de pescado y Chanel 976 1/". Mi miembro parecía como una manguera de goma quebrad; colgaba entre mis piernas, una o dos pulgadas más largo de lo normal e irreconociblemente hinchado. Cuando salí a la calle sentía las rodillas flojas. Fui a una lechería y tragué un par de vasos de leche malteada. Un coito principesco, pensé..." (171). "Sexus" trata de los meses antes de que Henry (Val) Miller coja un barco rumbo a París. Habla de su polla, y dos líneas más abajo comienza una diatriba contra el arte, dos páginas más allá sobre Pascal tras follarse a Maude. Un sinfín de personajes habla y habla por boca de Miller. El mundo desfila y el amor sublime hunde sus uñas en la miseria de la depresión capitalista de un sueño que se vende como posible a todos pero que sólo alcanzan unos pocos... Recuerdo un librito. Necesito acabar con esto, y los fragmentos de "Sexus" son demasiado largos. "Al cumplir ochenta", seguramente sea facilísimo encontrarlo navegando por ahí. Yo lo tengo en un librito precioso de la Universidas nacional autónoma de México que me regaló un comercial cuando yo aún era librero y encontrabas comerciales decentes que amaban los libros más que tu. "Si a los ochenta años no estás ni tullido ni inválido y gozas de buena salud, si todavía disfrutas de una buena caminata y una comida sabrosa (con todo y acompañamientos), si duermes sin pastillas, si las aves y las flores, las montañas y el mar te siguen inspirando, eres de lo más afortunado y deberías arrodillarte en la mañana y en la noche para darle gracias al Señor por mantenerte en forma. En cambio si eres joven pero ya tienes cansado el espíritu y estás a punto de convertirte en autómata, sería bueno que te atrevieras a decir a tu jefe -en silencio, claro- ¡al carajo con ese fulano, no es mi dueño! si no te has quedado culiatornillado y si te sigue emocionando un buen trasero o un magnifico par de tetas, si todavía puedes enamorarte las veces que sea y si perdonas a tus padres por el delito de haberte traído al mundo, si te hace feliz no llegar a ningún lado y vivir al día, si puedes olvidar y perdonar y evitar volverte amargado, cascarrabias, resentido y cínico, hombre... ya vas de gane..."

 

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