martes, 28 de abril de 2009

Saltar por los aires

Rodrigo Fresán. Historia con monstruos (Dentro del libro de relatos "La velocidad de las cosas" Ed. Random House)

"Hay algo en las mujeres disfuncionales que las vuelve irresistibles, pensó él y no fue más lejos. No llegó a pensar -o prefirió no hacerlo- que ese algo es, justamente, la capacidad que ellas tienen de destruir a los hombres sin sentirse responsables de los efectos de esa destrucción. Inútiles para casi todo, esas mujeres mecánicas descubren un oficio secreto en el que son insuperables y se lanzan a su práctica con perfecto entusiasmo y dedicación. Las mejores -las verdaderas artistas de la cuestión- son las que funcionan como el bien aceitado detonador de un apocalipsis que ya anidaba dentro de hombres que las eligieron para que ellas les regalasen la oportunidad de romperse en pedazos imposibles de volver a unir, las que saben que su locura consiste en volver locos a los otros mientras ellas parecen cada vez más perfectamente cuerdas. La locura como virus de alto contagio. Eso fue lo que le pasó a él. Se fueron del cine mientras Kirk era teletransportado hacia el planeta Urkh-24 y el público gritaba entusiasmado. Un falso mister Spock y un falso guerrero Klingon luchaban a muerte en el pasillo del cine cubierto de envoltorios de chocolate y baldes vacíos de popcorn. Fueron a su hotel y al de ella, que, como correspondía a los verdaderos caprichos del destino, era el mismo y no recuerda de quién era el cuarto al que entraron esa noche pero sí que se demoraron un par de días en volver a salir. Flotaron ahí dentro, gravedad creo, en una habitación lujosamente absurda y blanca, muebles franceses estilo Luis XVI. Un lugar donde evolucionar y ser mejores porque -no sabía nada del amor ni de sus dobles filos- él siempre había pensado que el amor no podía ser algo malo. Recuerda que empezó a desvestirla y, otra vez, el poder avasallador de las casualidades y el espanto telepático de una idea compartida (más que el supuesto y un tanto sobrevalorado milagro de un orgasmo simultáneo) lo arrasó para siempre. El implacable poder de las locas invisibles."

jueves, 23 de abril de 2009

Chivo expiatorio


"Por favor, que alguien me arranque el corazón del pecho y lo tire a los perros, por favor, no puedo tener más ese músculo podrido latiendo feroz dentro de mí, no lo soporto más, me fagocita, me hiere con cada golpe... Si pudiera quitármelo, no se merecería ni que me agachara a recoger los trozos para enterrarlos dignamente.Que se lo coma quien quiera, pero que me lo quite primero, la cicatriz ya está hecha, es fácil, un cuter, una sencilla esternotomía, después quitar tres alambres y fuera, yo no lo quiero. Además, sé que el sentimiento es recíproco."

Ryan Carll. "Principios en fuga" (1974, Ed. Vértigo. Descatalogado)

viernes, 17 de abril de 2009

Al final, Glenn Gould

"Cuando todo es una mierda, cuando estás cansado de sentirte culpable, cuando estás cansado de tu cansancio (por inútil y rancio, como canta Andrés), cuando te dicen que no te reconocen, cuando descubres que te odian, cuando las ostias no te han hecho caer pero sí te han hecho abandonar el ring, cuando te da asco lo que escribes porque parece un puto anuncio de un puto refresco, sólo queda Glenn Gould..."
Amelia García. "Paralelo 32" (2009. Ed. Parménides, México)


jueves, 16 de abril de 2009

Que te abrace tu puta madre...

Todo macho beta que se precie ha vivido una situación parecida alguna vez en la vida, la pena es que algunos no tuvimos los arrestos suficientes para soltar tan gloriosa frase y quedarnos tan a gusto... Claro que, "todo es mentira"...

martes, 14 de abril de 2009

Sean Costello, un año de su muerte

Mañana se cumple un año de la desaparición de Sean Costello, una de las figuras más prometedoras y personales del blues de los últimos años.

La primera vez que lo escuché me impresionó muchísimo, era algo fresco y maduro a la vez, curtido por los años y con el ansia de los cachorros… y esa voz, una voz increiblemente personal.. y esa forma de tocar la guitarra.

Sean Costello, joven, llamado a ser la nueva figura del blues con toda seguridad. Costello reunía las condiciones necesarias para dar un aire renovado al blues, pero una sobredosis de lo llevó demasiado pronto.

Sean Costello nació en Filadelfia en 1979 y se trasladó con su familia hacia Atlanta, a los 9 años de edad. Al poco tiempo comenzó a tocar la guitarra y en pocos años ganó el premio al mejor talento joven de la Beal Street Blues Society en Memphis. En 1996, a los 17 años, grabó su primer álbum llamado “Call the cops”, por esa época, Costello unió fuerzas con su amiga Susan Tedeschi, realizando algunos conciertos con ella y participando en su álbum debut “Just won’t burn”. (Nota: Susan Tedeschi estará de gira por España este verano, al menos en el festival de Blues de Cazorla, el 25 de julio, y allá que voy a verla)

En el año 2000 lanzó “Cuttin’ in” con el sello Landslide, fue disco de oro y aún no había cumplido los 20 años. La revista Blues Revue comentó “Sean Costello llega para dar un nuevo aire al blues”.

En 2002 publicó “Moanin’ for molasses”, también con Landslide. Diversos periódicos lo reseñaron en esa ocasión como un intérprete magistral de la guitarra, a la vez que muy maduro. Lo compararon con artistas como B.B. King, Eric Clapton y Stevie Ray Vaughan. Demasiada carga para alguien tan joven.


En 2005, el guitarrista publicó su álbum epónimo “Sean Costello” con el sello Artemis. Posiblemente sea su mejor trabajo, y con el que le descubrí. Diverso y arriesgado, Costello mezcla su blues con soul, funk y algo de rock. Tuvo algunos invitados muy especiales como Levon Helm, baterista de The Band, al igual que su hija Amy Helm con su grupo Ollabelle.

Costello tuvo la fortuna de ganarse el respeto y la admiración de muchos de sus ídolos, compartiendo escenario con B.B. King, Buddy Guy, James Cotton y Bo Diddley entre otros.

“Todo lo que quiero hacer es tocar bien la guitarra. Soy muy afortunado de poder ganarme la vida de esta forma y mi plan es mantenerme así por el resto de mi vida”

A principios de 2008 editó "We can get together", un paso más hacia adelante, donde ampliaba miras, feeling, texturas, soul... todo ello con una facilidad asombrosa.

Sólo había que dar un paso más, todo el mundo, de alguna manera, estaba esperándole...

Sean Costello se topó con la muerte el 15 de abril de 2008, justo un día antes de cumplir 29 años de edad. Varias semanas después, su familia, en una nota de prensa, declaraba que Sean llevaba varios años en tratamiento al haberle sido diagnosticado trastorno bipolar. A veces los dioses ponen demasiada carga sobre los hombros de frágiles hombres valientes llenos de talento.


Impresionante versión de Dylan, lo tiene todo

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