viernes, 25 de noviembre de 2011

Tigran Hamasyan. A fable


Hacía tiempo que no me atraía tanto una portada de un disco. Y ésta me parece fabulosa, más cuando es un arte en clara recesión (con gloriosas excepciones, como la que nos atañe). Y si ya vamos a lo que hay dentro, me quedo casi mudo. Piano sólo. Magestuoso, precioso, una obra de arte. Comienza con una frágil composición con claros guiños a un Satie juguetón y evocador. Y sigue con originales tonadas cargadas de lirismo "que van desde piezas a medio tiempo a enérgicos experimentos de gran diversidad rítmica y armónica".
Grabado en París, incluye líneas de inspiración armenias, desplegando una interpretación casi mística que sale de las manos de Tigran Hamasyan. Resulta complicado buscar referencias. Es música, libérrima y preciosista que, como cantos de sirena, te narcotizan lánguidamente y a la vez insuflan esperanzas e ilusiones. No está mal para hablar de un pianista que lanza hoy un disco. ¿Quién es Tigran Hamasyan?

LA FÁBULA DE TIGRAN HAMASYAN
"El pianista armenio Tigran Hamasyan es el nuevo niño genio del jazz (...) llegó a Estados Unidos y con su primer impulso ganó el premio Thelonious Monk Jazz Piano, y con el segundo grabó un disco sorprendente, World Passion. Tenía 19 años y venía de Armenia. Ahora tiene 23 y está radicado en Nueva York siguiendo, sin pensarlo, la misma carrera que siguiera hace más de cuatro décadas otro gran pianista armenio, Armen Donelian.
Estudió en el Conservatorio de Yerevan, vivió en California y siguió los pasos de Herbie Hancock y de Chick Corea; experimentó con la obra de Louis Armstrong y demostró siempre una técnica abrumadora. Sin embargo, hay un aspecto en el Tigran lo supera: el manejo de los elementos folclóricos. Para Tigran sus raíces son necesarias y lo expresa en golpes determinados sobre el teclado, más allá de las melodías. A Fable (disco incluido en los Future Beats de Gladys Palmera) es su cuarto álbum y las raíces siguen allí intactas. Y eso es precisamente lo que le ha permitido vencer la prevención de los críticos y aceptar que estamos frente a un nuevo genio del jazz". José Arteaga

Pero yo hablaba de la portada... Cuando la portada de un disco invita a tenerla entre las manos durante la escucha del mismo, y leer cosas, y mirarla buscando respuestas a lo que escuchas, guiños que te lleven lejos, parajes propios y efímeros vuelos a ras del suelo, faros en acantilados sin civilizar y ciudades lluviosas a las dos de la mañana. Es lo que tiene el blanco y negro, la rugosidad, los granulados de las paredes y las sombras, los contrastes perfectos, sin forzar, algo pasa. Un tío sentado sobre su piano aparentemente desvencijado. La portada perfecta para ser la cruz de la maravillosa cara de una moneda única que Thelonuis Monk lanzó al mundo en 1967 y que se llamó "Underground". Por ser opuesto complementario, también lo es de Hiromi Uehara. Japón, Armenia. Técnica a raudales... Frente a la incontinencia melódica de Hiromi, al horror vacui, al aplastante lirismo y el apabullante élan vital, de un joie de vivre que lo mismo se mira en Godzilla que en Pokemon,  Hamasyan pone sobre la mesa la nostalgia caucásica, la brutal candidez elocuente y abrumadora de una tierra fronteriza y devastada y a la vez depositaria del mecanismo que da cuerda al mundo. Jazz desde Nueva York tocado por un armenio genial cuyas manos atesoran un sincretismo creativo incontenible. Lo dicho, un disco imprescindible para la segunda década del siglo XXI. Hablar de unas canciones o de otras me parece ridículo, Hay que escucharlo entero y dejarse llevar... Y repito, esa portada....




3 comentarios:

Anónimo dijo...

http://bosquesonoro.blogspot.com/2011/07/tigran-hamasyan-fable-armenia2011.html

Juan Almohada dijo...

Hostias, qué bueno...
Muchas gracias por descubrírmelo, Juan Miguel.
Un saludo.

TwoHeads dijo...

Poderosa imagen si señor e hipnótica música. Todo un acierto amigo.

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