25 de enero de 2006
Queridos y estimados papa, mama, primos, nietos, sobrinos, amigos, ornitorrincos y fraguels en general, aquì os escribe vuestro tìo-abuelo desde Parìs. Contra todo pronòstico he llegado sano y salvo a casa de mis benefactores Cristina y Gaêl sin màs contratiempo que un desalojo en el metro, estaciòn de Chatelet, por no sè què causas (huelga decir que los seres que aquì habitan, tras su aparentemente familiar apariencia humanoide, hablan un tanto raro y por el momento siento decir que apenas soy capaz de descodificar lo que dicen) pero tras tres trenes en los que no nos han dejado subir (bajando a los susodichos ocupantes que venìan, con el consiguiente follòn en el andèn y la lògica expresiòn de susto-angustia en este que os escribe) al final he vuelto a subir al metro con la numerosa compagnia de los seres de aparienca humana que para abreviar desde ahora denominaremos "gabachos" y que como veis, en sus teclados no tienen nuestra patriòtica n con banderilla, vièndome obligado a escribir gn, cogno, y de los acentos ni hablo, que llevo diez minutos buscando la teclita en cuestiòn y sòlo he encontrado la que està azotada por el viento del este.
Tras ese ligero contratiempo en el metrò que he de confesar que poco ha afectado a mi ànimo (hasta ese momento no sòlo no me habìa perdido sino que sin preguntar a nadie -soy hombre, espagnol y, aunque no tenga mapa no pregunto; digo esto por no decir que soy un vergonzoso de merde-) todo ha seguido con normalidad y tras tomar posesiòn de un còmodo sofà cama en el salòn de un pisito sito en Montmatre (bajo el "sacre crer", vosotros ya sabeis a què me refiero) y que me ha deprimido muchìsimo (quiero uno igual...) he salido a patear por ahì, ala; yo solo; con mi plano, sin tener ni puta idea de decir correctamente ni un simple "escuse mua maudmasel je ne comprè rian de rian". De camino al "sacre crer" (que quedaba tan cerca que mi lista de primer lugar al que ir cuando estè en Parìs se ha ido a la merde, otra vez) me he topado con un numeroso grupo de especìmenes de apariencia humanoide llamados "japoneses"; me he topado tambièn con un amplio espectro de especìmenes femeninos de apariencia humana llamadas "francesita tìpica" (que sì, que existen, aunque al tipo Amelie aùn no la he visto), y con varios grupos de espangoles tipo "deje que el inserso le descubra el mundo" cuya presencia era màs que notoria y vergonzante, no sòlo para aquel que comparta similar tarjeta de D.N.I., sino para cualquier bípedo. Para estupor mìo varios de ellos se me han acercado y me han preguntado còmo se iba a "no se dònde" (intentaban decirlo en frances, muy despacio pero en francès, y no he entendido nada; claro) y tras dame cuenta que me habìan confundido con un autòctono (con gran solaz para aquì el que os escribe) he optado por hacerme el sueco, pues, dicho sea de paso y para què nos vamos a engangar, doy el pego como "sueco de genes sefarditas por parte de abuela materna". Deciros tambièn que tristemente en Parìs tambièn hay palomas pesadas, muchas, pero por las inmediaciones del "sacre crer" me he topado (con gran asombro, todo hay que decirlo, en este punto de la historia todo yo era un asombro con patas sin control) con una majestuosa pareja de cuervos màs negros que los ojos de Caronte (parezco Poe, serà por la levita?) que paseaban lozanos por ahì; asustando palomas màs chulos que un ocho (8).
Por lo demas, todo todo muy bonito y, aunque hace frìo, luce el sol y hay mucha gente (sobre todo autòctona, creo) por la calle. Hace diez minutos he sido capaz de comprar (con la tècnica del "dedo que segnala") un bocata en una panaderìa. Una vez en la calle me he quitado el cuchillo de la espalda tras la clavada (iba a poner pungal pero no se puede, y tambièn iba a pedir cinco kilos de churros al màs puro estilo gurb pero a eso no me he atrevido, bastante mal me miraba ya la dependienta con ojos tan de color miel que daban ganas de empezar una cruzada) y he vuelvo al piso (que estaba increiblemente cerca, creo, o eso o, ahora que lo pienso he andado en cìrculos y no me he enterado).
La pregunta que os estareis haciendo, y con razòn, es què hago perdiendo el tiempo (y hacièndoos perder el vuestro) escribiendo chorradas que dudo que os interesen (descastaos, que sois unos descastaos) cuando podìa seguir sembrando el pànico por ahì levantando adoquines al grito de esquiroles vendidos que lo dejàsteis todo a medias en el 68 y os echàsteis a dormir, y la respuesta es que suena el "Kind of blue" de Miles Davis en un saloncito precioso, frente a mì tengo una copa con un borgogna riquìsimo y no me puedo creer que esté donde se supone que estoy.
Sin otro particular; se despide vuestro tìo-abuelo afectuosamente hasta nuevo parte informativo.
Un abrazo, por supuesto.
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