Procuro escribir en este espacio de lo que admiro, o al menos de lo que me gusta y me llena. Ian Hunter, Bolaño, Jethro Tull, The Avett Brothers, Led Zep, Sergei Dovlatov, Emmanuel Carrérè... El caimán, amo y señor de este humilde espacio, me deja su máquina de escribir para verter tonterías o apreciaciones sobre cosas y, desde el "nacimiento" de La Internazional Samizdat, reconozco que esta guadianesca guarida está más centrada en publicitar "La muñeca rusa" o "Cardiopatías" que en lo que me rodea en casa o leo o veo o escucho o hago... Aún así, intento dar salida a esos escritos emborronados donde a veces doy cuenta del diario de lecturas... Tengo varias cosas pendientes, libros sobre todo, y algún que otro disco. Si escribo todo esto hoy a modo de introducción es por la sorpresa (agradable, sorpresiva y sorprendente, dinamitera incluso) de leer que alguien sobre el que yo he escrito aquí, ha escrito algo sobre mí, o más concretamente sobre el libro nuevo, "Cardiopatías". De Patricio Pron he escrito sobre varios libros suyos, me parece uno de los narradores más dotados e interesantes que hay ahora; a pesar de los palos que recibe en varios blogs que yo sigo y con los que comparto muchas de las opiniones, no puedo decir lo mismo en el caso de Pron, pues, como digo, todo lo que he leído de él me ha parecido soberbio (sobre todo "El comienzo de la primavera").
Sobre "El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia"":
Sobre "El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan":
Sobre "El comienzo de la primavera":
Alguna vez nos hemos escrito correos tan breves como amables y cordiales, y le mandé "La muñeca rusa" cuando ésta salió. Hace un par de semanas le envié el ebook de "Cardiopatías", y me lo agradeció como siempre hace. Yo daba por sentado que la historia de Milos no la había leído (con todo lo que hay por leer...), y suponía que iba a pasar lo mismo con "Cardiopatías"; a pesar de ello, y como no encontraba otra manera de agradecerle su amabilidad y el placer que había encontrado en sus libros, con que los recibiera y siguiéramos "en contacto", me daba por satisfecho. De ahí la sorpresa al encontrar unas líneas sobre mí en su columna de El Boomeran, que releí porque no me podía creer que yo fuera el mismo al que se refería él, y ese libro fuese otro, y no el mío. Aún sigo analizando el párrafo, en plan adolescente nerd, pero eso forma parte de mis tonterías; la verdad es que me parece alucinante (qué adjetivo tan poco literario).
Aquí el link de su columna:
http://www.elboomeran.com/blog-post/539/14409/patricio-pron/actualizaciones-vi-jacobo-siruela-juan-miguel-contreras-juanjo-saez/
Y aquí el fragmento sobre "Cardiopatías"
Y aquí el fragmento sobre "Cardiopatías"
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Antes de la publicación de CARDIOPATÍAS, el escritor español JUAN MIGUEL CONTRERAS había escrito las novelas Cuando acabe el invierno(2004) y La muñeca rusa (2012); con la última de ellas, Cardiopatíascomparte el personaje de Milos Meisner, celador allí de un asilo para alienados en Praga durante la "Primavera" y traductor aquí de una obra que, en realidad, se compone de cuentos escritos entre 1999 y 2006. Se trata de relatos que, como afirma su autor, "no fingen su extrañeza ante un mundo del que intentan dar cuenta" (13). Tampoco ocultan las lecturas de su autor y sus vivencias (pequeños pueblos españoles, los intentos de escribir) y giran alrededor de un cuento llamado "Imposible Penélope" que no es un cuento y no narra un hecho sucedido en el pasado: es la tragedia de este país y de sus habitantes sucediendo aquí y ahora, otra vez y como desde hace décadas.
(...)
Después de eso, pasó un día agotador, y llegó el rato nocturno donde intento leer antes de que el sueño venga (y cada vez viene antes)... Cogí "La vida interior de las plantas de interior" que había sacado hace varias semanas de la biblioteca pero que no había podido empezar... O eso creía, porque el primer relato del último libro de Pron sí lo había leído, aunque no recordaba cuándo. Como veía que no iba a aguantar mucho, preferí leer el segundo (al menos que lea un relato entero, me dije), y comencé "Un jodido día perfecto sobre la tierra".... Y no, no me dormí, desde luego que no... Me pareció el acto perfecto para acabar el día, las palabras justas para mantener la cabeza en orden y los pies en el barro... Acabé el relato casi hipnotizado y cuando acabé, volví a un párrafo que necesité releer:
"En España hay muchos concursos, una cantidad incalculable pero que es muy alta y que a tí te da vértigo y, de la misma manera, hay también una cantidad ininteligible de cuentos dando vueltas, saltando sin fortuna de concurso en concurso como satélites que orbitaran alrededor de un centro invisible para que cada uno de los participantes -que tú puedes imaginar perfectamente, sentados en habitaciones con juguetes de niño y facturas impagadas de la luz y bombonas de butano vacías en el balcón- significa algo diferente: dinero, reconocimiento, una oportunidad para salir del pozo y, tal vez, para algunos, la literatura con mayúsculas; sólo que, por una simple regla geométrica, las órbitas nunca tocan el centro, ni siquiera lo rozan, el centro se ríe de ellas y las sujeta a su alrededor con un poder que surge del ansia y la imposibilidad de alcanzarlo y, así, la literatura -la que está viva, la que surge de la desesperación y la ansiedad pero se eleva sobre sí misma hacia la vocación y el reconocimiento- es el centro alrededor del que giran estos cuentos sin poder tocarlo jamás, condenados a no tener siquiera un poco que ver con la literatura, pero fingiéndolo todas las veces" Patricio Pron. La vida interior de las plantas de interior. Ed. Random House Mondadori, 2013, p.21.
"En España hay muchos concursos, una cantidad incalculable pero que es muy alta y que a tí te da vértigo y, de la misma manera, hay también una cantidad ininteligible de cuentos dando vueltas, saltando sin fortuna de concurso en concurso como satélites que orbitaran alrededor de un centro invisible para que cada uno de los participantes -que tú puedes imaginar perfectamente, sentados en habitaciones con juguetes de niño y facturas impagadas de la luz y bombonas de butano vacías en el balcón- significa algo diferente: dinero, reconocimiento, una oportunidad para salir del pozo y, tal vez, para algunos, la literatura con mayúsculas; sólo que, por una simple regla geométrica, las órbitas nunca tocan el centro, ni siquiera lo rozan, el centro se ríe de ellas y las sujeta a su alrededor con un poder que surge del ansia y la imposibilidad de alcanzarlo y, así, la literatura -la que está viva, la que surge de la desesperación y la ansiedad pero se eleva sobre sí misma hacia la vocación y el reconocimiento- es el centro alrededor del que giran estos cuentos sin poder tocarlo jamás, condenados a no tener siquiera un poco que ver con la literatura, pero fingiéndolo todas las veces" Patricio Pron. La vida interior de las plantas de interior. Ed. Random House Mondadori, 2013, p.21.
Recordé que cinco relatos de "Cardiopatías", de los nueve (diez si contamos el "bonus" para los mecenas de Verkami), pasaron por al menos diez o doce concursos y sentí algo de vergüenza. Luego pensé en las cartas de rechazo, y me alegré de tener mi pequeña Samizdat moderna, consuelo pequeñito, pero mientras tecleo esto rodeado de juguetes de niño y facturas impagadas de la luz y bombonas de butano vacías en el balcón, creo que es el mejor (y único) asidero que tengo para poder seguir mirándome al espejo. Después me fui a la cama pensando que dormiría del tirón, siendo cerca de la una de la madrugada, pero el pequeño estaba sudando y con fiebre y no me quedó más remedio que fingir insomnio, ojeras y el vértigo de las palabras... Gracias, señor Pron.
1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=OM49rvvkjHI
Acabo de leerme Imposible Penélope. Mientras leía la historia de Paco, ha sonado eso del video. Este cuento o relato es hermoso en su descreimiento, en su derrota. Yo también tengo motivos, fértilmente reales o tristemente delirantes, para escapar. Quién sabe si solo son un muro más. Es duro, se hace muy duro. Pero ni puedo ni quiero traicionar lo poco que tengo ni quiero decepcionar a nadie, ni a los mios ni a esas mujeres con las que tanto os castigo. Porque poco soy y nada de eso poco, aunque no malo, es agradable. Es una granhistoria, Juanmi, y no sé si Paco tiene más motivos que yo para sentirse así, seguramente si, muchos más, pero de alguna forma, me siento un poco así. Quién no nace para vivir, acaba por estropearlo todo. Su vida y las de todo el que se le cruza. Tal vez sea sólo un problema de inteligencia o de espíritu o de carácter. Quién sabe. Buenas noches y si no hablamos antes, felices fiestas con tu mujer y tus crios y muy buen 2014. Salud, amor y trabajo y que los Reyes Magos te traigan muchos cuadernos y muchos bolis para que puedas escribir historias como éstas. Abrazo!!
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