martes, 24 de marzo de 2009

Cuando era pequeño

Cuando era pequeño creía que si tiraban muy fuerte de mis brazos, estos me crecerían y me llegarían a suelo, como los dibujos animados, y que si me daban un susto grande el corazón realmente se me saldría por la boca. Creía que las cosas tenían vida propia y siempre andaba nervioso a la espera de que alguna cosa me hablara algún día. Creía que cuando vivían los hermanos Marx el mundo era en blanco y negro, creía que el color de las cosas era algo que venía y se iba y esperaba el día en que al levantarme viera las cosas en blanco y negro. Cuando era pequeño y por la noche tenía miedo pensaba que tapándome la cabeza con la sábana los monstruos no me podrían ver. Cuando era pequeño acepté el decálogo del caballero cuando ni siquiera sabía lo que era la caballería, respeto a la palabra dada, amor idealizado, causa perdidas. Cuando era pequeño creía que si me ponía entre dos espejos, desaparecería. Cuando era pequeño creía que cuando no había nadie en mi habitación las cosas cobraban vida, así que cuando iba a entrar de nuevo hacía ruido para ponerles sobre aviso (luego descubrí con alivio viendo Toy Story que no era el único). En el colegio me hicieron creer que ser zurdo era algo malo, aunque más que malo era siniestro, y tenía miedo de mí mismo por no saber cosas de mí que a los demás asustaban. Cuando era pequeño creía muchas cosas, la mayoría daban miedo y tal vez hicieron de mí una persona huraña, pero también es cierto que de pequeño era inconsciente e intrépido y que el miedo me hacía parecer que no tenía miedo a nada... y la vida, aunque terrible y dolorosa, era increiblemente sorprendente y llevadera.

Ahora ya no creo en nada. Ya no creo en absolutamente nada. Y no es que la vida así sea insoportable, es sólo que es más tediosa.

Debería ser cierto que pudiésemos ser de vez en cuando, por ejemplo, dibujos animados

1 comentario:

:P dijo...

qué bueno el video!!!!!!!
amigo mío, no creer es bastante liberador, ya puedes inventarte un mundo entero y entrar y salir de él cuando te plazca igualito que cuando niño pero ahora sin miedo a desaparecer, ni a los monstruos ni nada....vamos, que por muchas canas y arrugas que tengamos (yo menos!!) en el fondo somos unos niños perdiendo miedos....
besossssss

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