Hay cosas que marcan, hay discos que marcan, canciones que marcan, versos que marcan, guitarrazos que marcan, besos que marcan, bragas que marcan, y para siempre. "Forever Changes", para mí, entra dentro de esta categoría. Siento un cosquilleo especial cada vez que lo escucho. Y lo compré porque me encantó la portada... Gloriosos 17 años...
Desde el primer momento, desde la primera vez que coloqué la aguja sobre el vinilo y comencé a oir "Alone again", me enamoré de este disco. Podría decir que tengo a LOVE grabado en mi memoria estival, junto con The Doors, The Byrds y los Fleetwood Mac de "Them play on"... No sé porqué pero relaciono LOVE con el verano, con cierto verano, o con cierta manera de vivir el verano.Compré el disco Forever Changes en unos grandes almacenes hace muchos años, muchos. Veraneé en el mismo sitio durante 25 años, 15 días, y los tengo como los 15 días más preciados de muchos de aquellos años. Esperaba esos 15 días como agua de mayo, soñaba con ellos, no veía el día de marcharme de aquí y volver a sentir el gusanillo cada vez que salíamos con el coche hasta los topes, camino de la playa, del 15 al 30 de julio. Esos quince días eran mi oportunidad de vivir cosas, y los devoraba uno por uno, sin importante lo más mínimo ir de nuevo al mismo lugar. Al siguiente día de llegar, todos íbamos a un hipermercado de esos que yo creía que sólo existían en ciudades y hacíamos la compra básica para las dos semanas. A los dos minutos de entrar, yo me escabullía y me iba a la sección de discos y libros. Durante los seis meses anteriores yo ahorraba lo que podía para aquel día, en el que me gastaba mis ahorros en discos y en libros. El mismo verano que compré "Lolita" de Nabokov, compré "Forever Changes". Y sin mirar... Si eso no te cambia la vida, nada lo hará; bueno, tal vez he exagerado, o no. Lo diré con menos efusividad, si leer Lolita tirado en la playa rodeado de Lolitas y mamás de Lolitas, una tarde de finales de julio, escuchando en el walkman "Forever Changes", no te marca, nada lo hará (cámbiese las variables al gusto de cada particular, dejando como variable fija el disco de Love, y el resultado será similar). Sólo hay que escuchar "Sitting on a hillside / Watching all the people die /I'll feel much better on the other side / I'll thumb a ride" en The Red Telephone, o "This is the time and life that I am living / And I'll face each day with a smile /For the time that I've been given's such a little while /And the things that I must do consist of more than style / here'll be time for you to start all over... This is the time and this is the time and /It is time, time, time, time, time, time, time, time, time..." al terminar "You set the scene" y todo adquiere sentido, pase el tiempo que pase.
Normalmente de adolescente compraba música esporádicamente en el mercado del pueblo, los jueves que me armaba de valor y hacía novillos, pero durante el año ahorraba y me reservaba para aquel día con ahinco; esa era mi compra, luego volvía a ahorrar para las navidades, pero ahí no era lo mismo porque los pedía yo y no tenía posibilidad de descubrir nada. Así fue durante varios años, los suficientes para mí, hasta que comenzó a imponerse el cd y yo ya encontré otros cauces para hacerme con música de forma habitual. De todos modos recuerdo aquel momento en el que miraba y miraba por las estanterías creyendo que en aquel impersonal hipermercado con su caótica sección de vinilos estaba el cielo, mirando carátulas mientras hacía cuentas en mi cabeza. Elegía 4 o 5 discos y 2 o 3 libros y me marchaba a buscar el carrito atestado de comida que empujaban mis padres. Luego me dedicaba a mirar y mirar y mirar las carátulas de los discos que había comprado, sin poder oírlos porque en el apartamento que alquilábamos no había tocadiscos (era de un espartano supino aquel lugar, pero para los 15 días estaba bien). Cuando de vuelta al pueblo por fin los escuchaba, yo ya me sabía cuánto duraba cada canción, cómo se llamaban y quién las había compuesto, quién era el productor, quién tocaba qué, quién aparecía en los agradecimientos, en fin, toda esa información inútil que tuviera a bien venir incluida en el LP y que me había empoyado entre lectura y lectura esperando que pasara la hora de la siesta para bajar y reunirme con la pandilla. Fue ver esa portada, ver que Bruce Botnick estaba de ingeniero y que estaba editado por Elektra (mi obsesión por The Doors estaba en su punto más algido) y no lo pensé. En 1990 me compré "Forever Changes". Aquel año tuve suerte, uno de los amigos de la urbanización tenía tocadiscos y me lo grabó en cinta la tarde siguiente. Aquel verano cayeron "Electric" de The Cult, "Errol Flint" de The Dogs D'Amour y "In throung the out door" de los Zepp. BUM. Por primera vez no tuve que esperar a volver a casa para poder oírlos, al menos el de LOVE, que tampoco era plan de abusar y solamente le pedí que me grabara ese. Que luego Jose me grabara una cinta recopilatoria y en ella estuviese "7 and 7 is" fue la guinda...
Decir que ese disco es una joya es redundar en lo obvio, Arthur Lee era un genio mayor, un personaje increíble que por desgracia no corrió la misma suerte que alguno de sus coetáneos a nivel popular, léase Jim Morrison o Jimi Hendrix. Su vida da para un novelón de escándalo, buscar por ahí quien no sepa. California en los sesenta, drogas, giras, canciones míticas, idas y venidas, policía, el fin del sueño, los setenta, reinventarse, la sombra de la sutil represión, bajada a los infiernos, cárcel, recuperación, gira con músicos que llevaban años rindiéndole pleitesía (que los dioses bendigan a los Baby Lemonade), reconocimiento, viajos fantasmas, y un adiós que siempre llega demasiado pronto.
(http://clasicosdelrock.wordpress.com/category/arthur-lee-love/)
Tuve la suerte de verle en el año 2004, recreando este disco al completo, y fue uno de esos momentos mágicos de mi vida, para qué me voy a andar con circunloquios, y sí, lloré como un mico al oir alguna de esas canciones con Arthur cantando frente a mis narices en la sala Heineken.
Fascinado por aquel disco, me costó años hacerme con más material de LOVE, o era imposible de encontrar o el precio era inalcanzable. Da Capo, llegó, y su primer disco. Internet hizo el resto, para qué me voy a engañar, y a buena hora. Disfruto muchísimo escuchando a LOVE en verano, es como volver a meterme un peta zeta en la boca cualquier anochecer de agosto mirando el sol caer. Esta vez me he reservado un placer añadido, la lectura de un libro que salió hace meses pero que hasta ayer no abrí. “Entre Bastidores. De viaje con el grupo Love”. El libro está escrito por Michael Stuart-Ware, batería del grupo que refleja su paso por el mismo y sus vivencias en aquella época loca de la que surgió una nueva manera de concebir y crear música. Ayer no leí casi nada, me limité a pasar las páginas y a leer cosas sueltas mientras sonaban las canciones de ese disco una y otra vez. No sé cómo estará, pero a mí me vale. El comienzo es curioso, Stuart-Ware cuenta cómo estaba un día con su hijo de 12 años en unos grandes almacenes y que éste apareció con un disco recopilatorio de su antiguo grupo que había allí, tenía la caja rota y sacaron el libreto de dentro, vio fotos de él, de su grupo. Decir que Love, o los que grabaron ese disco y los 2 anteriores, se deshizo tras Forever Changes. Da igual. Stuart-Ware sintiendo cosas tras tantos años en unos almacenes mostruosos, su hijo que le pide comprar el disco, él que ve que cuesta 30 dólares y a regañadientes lo compra.... No creo que cambie mi mundo, supongo que se centrará en esos años mágicos y en cómo las drogas acabaron con todo (¿FBI?) pero disfrutaré lo que pueda leyéndolo...
"Resoplé... Bueno, vale. Voy a coprar mi propio disco por treinta dólares. Y lo hice. La cuestión es que no podía creer lo que estaban viendo mis ojos. A mediados d elos setenta habían retirado nuestros discos de los estantes, hacía tanto tiempo que habíamos grabado ese material que parecía pertenecer a una época ancestral. A otra vida. Y ahora, en 1998, estaba de vuelta en los estantes... pero no es que estuviera en la sección de viejas glorias, sino junto a los de artistas contemporáneos, y los vendían, ¡a 30 dólares cada uno! Después paramos en Tower Records. También lo tenían. Y en la Virgin, lo mismo. Comprobando las diversas "Enciclopedias del Rock" que había en la librería de la Virgin, catalogaban nuestros discos, Da Capo y Forever Changes, como dos de las grabaciones mejor consideradas de esa época. (...) Vi que en abril de 1998, The London Times había elegido Forever Changes como uno de los 20 mejores discos de música pop jamás grabados. De hecho, creo que estábamos un puesto por encima del disco blanco de los Beatles. Echa un vistazo por internet. Busca la portada creada por Bob Pepper del Forever Changes, te aparecerá la imagen de colores vivos con forma de corazón humano que contiene las caras de los cinco miembros del grupo. El tío en el medio de color verde soy yo. Hasta ese día, mi hijo no había escuchado nada de la música que hice. Le gustó."
El libro está editado por Metropolitan ediciones y aquí dejo más información del mismo:
Genero: Biografias
Num pag: 308 págs.
PVP: 19.95 euros
ISBN: 978-84-612-4583-3
y paro porque pondría todas... You set the scene, una de mis all time favourites...
5 comentarios:
Sí, yo también tenía esa sensación cuando iba de compras y de vacaciones, antes de descubrir Amazon. Con Amazon se perdió el romanticismo para siempre. Tu cosecha de 1990 fue sublime por lo que cuentas. Me quedo con 'Electric' porque es brutal, pero todos. 'Forever Change' es una maravilla, aunque lo tengo olvidado. Ahora ando con Molly Hatchet, pero esta noche me pongo Love a tu salud. Sobre el libro... no sabía de su existencia. Cuando lo leas estaría bien que lo comentaras para ver si merece la pena, que seguro que sí.
Gracias Aitor, tendré que robarte el gif del señr topo para darle vida a esto... Ahora en serio, por anteriores comentarios en uno y otro lugar intuía que ambos éramos usuarios de Amazon... qué peligro tiene el click del ratón... Yo a veces echo de menos perder una tarde en una tienda de discos, por aquí no hay y cuando voy por madrid, las prisas y los amigos no me lo permiten. Creo que va siendo hora de un homenaje, aunque ni de coña sea como en esos años.
Es cierto que luego no digo nada de lo que estoy leyendo pero de este haré una excepción cuando lo acabe.
Qué olvidados tengo yo a Molly Hatchet... ayer les di una escucha a Los Blackfoot, creo que hoy es el día de siguiente paso...
Saludos
Mmm... Yo ya lo leí y me pareció entretenido, pero no creo que sea el libro definitivo sobre Love, ni nada por el estilo. Lo que si debe ser es el único editado en castellano sobre el grupo. Y por cierto, ¿soy el único al que le gustan más los 2 primeros discos que el Forever Changes? A mi personalmente me parece uno de los discos más sobrevalorados de la historia, pero bueno... para gustos.
José, yo ahora estoy como vaca sin cencerro con el Four Sail...y me espera Vindicator... así que imagina...
El forever changes,por lo que contaba en el post,lo tengo en un lugar especial, pero hoy por hoy a Love lo considero en bloque. La cada A de Da capo es inmensa, y el primero está a dos pasos por delante de muchos. Pero es verano y Forever Changes es mucho... ¿Sobrevalorado? Tras haberlo recuperado después de casi un año, mi respuesta es "desde luego que no", ahora bien, con respecto a la demás obra de Love, sí, seguro...
Mil gracias por comentar
¡Ese disco es Gloria Bendita! Nunca antes me he sentido tan a gusto y especial tras escuchar un álbum. ¡Saludos!
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