viernes, 15 de marzo de 2013

"El fin de la aventura" no tiene principio. Quiero leer a Graham Greene y no me dejan



Y hasta ahí puedo leer.... en serio.... Esa fotografía responde al fragmento que puedo leer de un libro que deseo leer. Tengo "El fin de la aventura" de Graham Greene, aquí, a mi lado, en la mesa... desde hace más de un mes... Intento sumergirme en otra de mis fases Greene, pero no puedo... y la cosa está empezando a tener un cariz sospechoso... Me encanta Greene... Ayer vi "El agente confidencial", película que nunca se estrenó en España, filmada en 1945, la segunda película de Lauren Bacall, con Charles Boyer. Me gustó, mucho, de hecho releí páginas del libro, viendo las frases que subrayé allá por el año 2000, cuando tuve mi primera fiebre Greene (releí sobre todo con gran asombro y placer el prólogo del propio Graham, el cual no me importaría copiar aquí si tengo tiempo). Pero, como digo, llevo más de un mes intentado leer "El fin de la aventura", libro que cayó gracias a mis incursiones en plan comando suicida en Iberlibro, escaramuzas en las que intento cobrarme alguna que otra pieza, olvidándome de lo que "debería" leer, esas novedades esclavas, y sublimando mi enajenación atemporal por autores como Lawrence Block o Julian Semionov. Pero algo pasa con ese libro. Lo abro, comienzo a leer y, al llegar a "si no fuera el odio una palabra demasiado vasta para usarla en relación a un ser humano..." algo pasa y no puedo seguir. No exagero. cincuenta veces lo he intentado. Ya me río, incluso leo despacio, saboreando cada palabra y espero que suceda lo que tenga a bien suceder. Llego a esa frase y: o suena el teléfono, o el niño se despierta, o suena el timbre, o se va la luz, o una corriente de aire abre de golpe una ventana, o el nene se caga, o yo me cago, o el gato salta sobre mi regazo o se rompe la silla... Tengo el libro entre las manos y digo "lo voy a leer" y espero, miro alrededor, compruebo el aire, la luz, la hora, la estabilidad de mi asiento, espero, acaricio el libro, decido abrirlo, espero, un poco, venga, lo abro... comienzo y... bang... En serio... Incluso lo he intentado poniéndome la casete de la banda sonora de la película que hicieron de la misma... pero nada... ¿Qué coño me pasa con este libro? Estoy empezando a pensar que es una cuestión de vida o muerte leerlo. ¿Pasará algo cuando pase de página? Lo de elegir un papa argentino no es culpa mía ni de Graham, antes de ayer comenzé el libro y pasó lo mismo, sonó el teléfono... Podría saltarme ese párrafo, esa primera frase absolutamente genial, pero ni quiero ni puedo, las cosas no son así, y si los hados son chulos, yo también (para lo que hemos quedado...). Sí, ahora estoy escribiendo esto y podía estar leyendo, nadie me molesta, el nene duerme y la comida está hecha, es un tiempo perdido que podría permitirme pasar esa zanja maldita que no puedo pasar, pero sé que si abro el libro algo pasará. Pavel se despertará, el cartero vendrá con un aviso, alguien me llamará... Lo sé... ¿No? Venga, voy a probar...

Cabrones...
Así es... se acabó la siesta del bebé... De hoy no pasa, me leo este libro así se acabe el mundo por mi culpa...


4 comentarios:

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Vete solo una noche a un hotel y te lo lees del tirón (aunque seguro que se te aparece algún fantasma tocacojones). Qué bueno es Greene, qué buenas "El poder y la gloria" y "El revés de la trama". A punto estuve el otro día de coger en la biblioteca "El factor humano", pero Conrad y Paco Roca ganaron la partida.

Un abrazo.

Guzz dijo...

Es que no se puede leer a este autor así, a la brava y sin equipamiento alguno.... Hasta yo que no he jugado al golf en la vida (ni con el amstrad) sabe que para entrar en greene se necesita un putter. Es de cajón.

Y abrazo guzzero, por supuesto.

Pd. Lo siento mucho, de verdad... Prometo no ver "El tercer hombre" en lo que queda de año a modo penitencia (y no me es poco sacrifico, ojo, que hablamos de uno de mis diez fimls top de cualquier tiempo y/o lugar).

lu dijo...

Jaaaaajajajajaja. La próxima vez que te cagues tú, llévatelo al trono, hombre... A mí me pasó algo parecido con "Por quién doblan las campanas" de Hemingway. Vamos, que todavía no me lo he leído, lo di por imposible, por maldito, y lo abandoné. Estoy por hacer el experimento ahora, a ver qué pasa si lo abro, jajajaja.

Besos!

La Pecera del Caimán dijo...

Gonzalo, ya me gustaría hacerme un finde lector perdido de la mano de los dioses, pero seguro que como dices acababa en plan "el resplandor"... Pero yo lo intentaré... me lo tengo que leer...

Guzz. Ya tengo la sonrisa tonta para todo el día. Me veré "El Tercer Hombre" en su honor...

Lu: Tú me entiendes... cuando pasa algo así y no puedes, jode y uno se mosquea, y te cagas en el diablo... Si fuera otro libro, pero este...

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