Seis cosas sorprendentes de un lunes antes de mediodía: Que te propongan hacer una dramatización de "El principito" para chavales de 14 años. Que un "ex-suegro" te salude y sonría afectuosamente en la calle cuando se supone que no eras más que un apestado. Que recibas un pedido de libros y estos vengan dentro de una caja de zapatos. Que después de 35 años, tu tía te siga llamando Juanvi... Que alguien te pare por la calle y te diga que está leyendo una novela tuya y que le está gustando. No poder dejar de ver el video de más abajo una y otra vez sin una sonrisa enorme en la cara... Bendito lunes...
Tengo querencia por la llamada Generación Beat. Kerouac me gusta, aunque "Big Sur" me costara horrores acabarlo, "Satori en París" me gustó mucho y "En el camino" es en el camino, y a la espera tengo la lectura de la nueva edición de Anagrama del rollo original, y creo recordar que por algún lugar he de tener una preciada edición de "Los vagabundos de Dharma" en Losada del año pum que sí, me gustó mucho. Y eso sólo de Jack. El libro de Joyce Johnson "Personajes secudarios" de Libros del asteroide, lo tengo a medias (los famosos 18...) y me gusta volver a él y releer un par de páginas antes de donde me quedé. Ahora aparece "Go" de John Clellon Holmes, de cual no conocía, lo reconozco, ni su existencia. Según dice la editorial: "La novela que supuso el punto de partida de la Generación Beat. Hasta ahora inédita en español. Tenemos un carácter furtivo. Conocido como el "beat tranquilo", John Clellon Holmes recoge en su novela Go las peripecias de sus amigos Cassady, Kerouac y Ginsberg en el Nueva York de finales de los 40. Esta historia de sexo, jazz, drogas y calles nos muestra que la generación beat no se limitó a inventar una forma de vida: también una literatura y un modo revolucionario de mirar."
Lo he empezado (19 y subiendo), y me gusta... Citando a mi amigo Eduardo, hay cosas que oyes, ves y lees que te dan ganas de hacer cosas, de vivir, en una palabra, y no tienen que se necesariamente buenas o increibles, simplemente es otra cosa. A mí, con la generación beat, me pasa. Recuerdo la película "La última vez que me suicidé".... pues eso...
Dos fragmentos de "Go"...
"Hobbes llegó a conocer su mundo, indirectamente al principio. Era un mundo de deprimentes pisos interiores, cafeterías en Times Square, antros de música bop, andanzas nocturnas, encuentros en las esquinas, autostop, mil bares de moda por toda la ciudad, y las calles. Ese mundo estaba habitado por gente enganchada a las drogas y otros hábitos, gente que buscaba un nuevo grado de locura, gente conectada por los invisibles hilos de la necesidad, pequeños delitos o un extraño reconocimiento de afinidad. No paraban nunca, vivían de noche, corrían por todos lados “haciendo contactos”, desaparecían de pronto en la cárcel o por los caminos, y resurgían de nuevo buscándose unos a otros. Tenían una perspectiva clandestina y misteriosa de la vida y parecían ignorar todo lo que no fuera la realidad de los trapicheos, de un lugar donde quedarse, imbuidos en el frenesí del jazz, que no decaiga la marcha. Hobbes se acercó con precaución, incluso con temor, a las lindes de este mundo, incapaz de ignorar la inmediata fascinación. Había estado demasiado tiempo entre gente más vieja, menos activa, más mental. Necesitaba algo nuevo y excitante."
(...)
"Hobbes miraba el reloj, quería estar en casa antes de que Kathryn regresara del trabajo; además, tras tantos cigarrillos y tantos café, la cerveza comenzaba a producirle una extraña sensación de lentitud. Terminó la bebida y se levantó.
—Mira, Paul —dijo Pasternak—. Mejor me voy al centro con David a echarle una mano. De todas maneras, tú tienes que comer. Nos vemos en un par de horas, ¿de acuerdo? Así que Hobbes los dejó y deambuló de regreso por la calle bochornosa y oscura. Consideraba a ráfagas la posibilidad de estar borracho y amnésico en cuatro horas, experimentando esa ilusoria sensación de despreocupación y buena voluntad que el licor le proporcionaba. El pensamiento fue agradable y fugaz.
Se entretuvo en el apartamento, colocando los cojines, lavando las tazas de café, hasta que terminó por sentarse en su escritorio y releer la carta con insatisfacción. La colocó de nuevo en la máquina y escribió despacio:
«Perdona esta retahíla de estupideces. La temeridad de una vida cada vez más ajetreada. Y amándote en vano durante tanto tiempo desde el centro. Releyéndola, descubro que ni siquiera he mencionado esas palabras odiosas. Bien, te quiero, Liza. Olvida los circunloquios. Tuyo, H.»
Tengo, como todo el mundo, debilidades inconfesables, confidenciales, confesables, y evidentes. Esta es una de ellas, no soy yo quién para encuadrarla en una u otra categoría. La voz de este hombre me lleva acompañando casi toda la vida, y aún hoy me sigue emocionando. Elf, Rainbow (Rising es EL disco, o al menos así pienso a veces), Black Sabbath, Dio... 67 años, y pocos, por no decir ningino, se mantienen a su nivel, y con menos años ni siquiera se le acercan. Técnica, emoción, maestría, presencia (pequeña, pero presencia), ningún artificio y una carrera que tira de espaldas. Ronnie James Dio ha cancelado todas las fechas que tenía programadas, está en el hospital. Su mujer y manager ha dado un comunicado pero solamente ha dicho que está ingresado, y que esperan que le den el alta pronto. Cojones... Llevo toda la semana poniendo sus discos. Este video es de hace un par de meses... Esta canción pertence al último disco de Heaven & Hell (aka Black Sabbath). Dio, Iommi, Butler, Appice dando clases megistrales, no sólo en directo sino incluso con un último disco que me parece buenísimo. Joder, 67 años... y me sigue poniendo los pelos de punta. Orgullosa debilidad...
En el Radio City Music Hall de NY hace dos años... "They say that life's a carousel, Spinning fast, you've got to ride it well.The world is full of Kings and Queens who blind your eyes and steal your dreams.It's Heaven and Hell!!"
Somos animales moribundos anhelando insomnes la muerte de Aquiles la caida del Muro la herrumbre de la bici de nuestra niñez. A veces, sin motivo aparente olvidamos la casaca y el reflejo nos devuelve la mueca que no es de hastío la sonrisa que no es estertórea los ojos que no cierran dos monedas y el amor que con suerte no es de juguete. Entonces el animal moribundo firma la tregua un armisticio tan insolente como breve pues en el fondo siempre supimos que sí, era de jueguete pero aún así nos recogemos bajo la luna de unos brazos que nos prometen el sol la gloria de Aquiles el tunel bajo el Muro o simplemente el brillo cromado de nuestra flamante sombra sin tiempo, bajo nuestros pies
Últimamente en las conversaciones con amigos sale el tema de los palos que nos dan en los medios acerca de si somos la generación perdida, sin ideales, que no hemos llegado a nada y demás zarandajas. La última vez que hablé de eso, por teléfono con mi lucero viajero favorito, me sulfuré un poco. No sé, ¿qué esperaban? Entre supercoco, el capitán Furillo, Cyrano, Fray Perico, el zorrillo apestoso, Tierno Galván, Holden Caufield, Mercucho y otros perdedores perdidos, nos educaron a conciencia, y seguramente el problema es que, salvo excepciones, igual es que nos creímos de verdad todo eso que las generaciones anteriores no dudaron en mancillar a las primeras de cambio y a las que nos siguieron tampoco les tembló el pulso para mearse encima, bien aprendida la lección. Resultado, que nos han dado bien por el culo. Generación de miras funcionariales, nos topamos con el overbooking del babyboom y con la avaricia de los que nos sacaban los pocos años suficientes para enarbolar la bandera de la movida y la transición como si les debiéramos todo lo que tienen.
Los lobos que nos siguen tienen bien aprendida la lección. Los que mediamos la treintena, más cerca de los cuarenta que de los treinta, somos la generación que ha llegado tarde a todo. Nos la colaron bien, y cuando nos dimos cuenta, los que nos seguían ya nos habían tomado la delantera. Claro que siempre hubo listos, y siempre hay excepciones, pero salvo esos y los que han alcanzado el salvavidas de la funcionarialidad, el resto parece que vivimos en un marasmo emocional y material constante. Resentidos maduritos, visionamos o leemos “El club de la lucha” y nos hierve la sangre y nos reconfortamos con el íntimo consuelo de poder seguir dándole vueltas a la imaginación, la única posibilidad de justicia poética que conocemos mientras nos seguimos deslomando por tirar palante, oscureciéndosenos la sangre oyendo a políticos y culturetas progres cada vez que nos quieren dar lecciones de moralidad… Seguramente, mi "gabacho shaolin" preferido tenga razón (cómo y por qué, en otra entrada...) y todo esto no sea más que recurrentes pataletas del ego, pero me gustaría llegar a fin de mes con el esfinter relajao y el recuerdo de la guillotina como un chiste y no como una necesidad... Up the pecera's y up the irons!!!
Lecturas: a bote pronto, “El club de la lucha” de Palahniuk, cualquiera de Bukowsky o Raymond Carver, “Los detectives salvajes”, “Las partículas elementales” de Houellebecq... Música: Junkyard, Jason Isbell, The Band, Ronnie Lane, Mike Bloomfield, Trouble, Paul Pena, Alejandro Escovedo, Forbidden, Overkill, 091, Fast Navarro, Bud Powell…
CYRANO: ¿Y qué tengo que hacer? ¿Buscarme un valedor poderoso, un buen amo, y al igual que la hiedra, que se enrosca en un ramo buscando en casa ajena protección y refuerzo, trepar con artimañas, en vez de con esfuerzo? No, gracias. ¿Ser esclavo, como tantos lo son, de algún hombre importante? ¿Servirle de bufón con la vil pretensión de que algún verso mío dibuje una sonrisa en su rostro sombrío? No, gracias. ¿O tragarme cada mañana un sapo, llevar el pecho hundido, la ropa hecha un harapo de tanto arrodillarme con aire servicial? ¿Sobrevivir a expensas de mi espina dorsal? No, gracias. ¿Ser como ésos que veis a Dios rogando -oh, hipócritas malditos- y con el mazo dando? ¿Y que, con la esperanza de alguna sinecura, atufan con incienso a quien se las procura? No, gracias. ¿Arrastrarme de salón en salón hasta verme perdido en mi propia ambición? ¿O navegar con remos hechos de madrigales y, por viento, el suspiro de doncellas banales? No, gracias. ¿Publicar poniendo yo el dinero de mi propio bolsillo? Muchas gracias, no quiero. ¿Hacerme nombrar Papa en esas chirigotas que en los cafés celebran, reunidos, los idiotas? No, gracias. ¿Desvivirme para forjarme un nombre que tenga de endiosado lo que no tiene de hombre? No, gracias. ¿Afiliarme a un club de marionetas? ¿Querer a toda costa salir en las gacetas? ¿Y decirme a mí mismo: no hay nada que me importe con tal de que mi ingenio se cotice en la Corte? No, gracias. ¿Ser miedoso? ¿Calculador? ¿Cobarde? ¿Tener con mil visitas ocupada la tarde? ¿Utilizar mi pluma para escribir falacias? No, gracias, compañero. La respuesta es: no, gracias. Cantar, soñar en cambio, estar solo, ser libre que mis ojos destellen y mi garganta vibre. Ponerme, si me place, el sombrero al revés, batirme por capricho o hacer un entremés, trabajar sin afán de gloria o de fortuna. Imaginar que marcho a conquistar la luna. No escribir nunca nada que no rime conmigo y decirme modesto; ah, mi pequeño amigo. Que te basten las flores, las frutas y las hojas, siempre en tu jardín sea donde las recojas. Y si por suerte un día logras la gloria así, no sabrás darle al césar lo que él no te dio a ti. Que a tu mérito debas tu ventura, no a medra y en resumen, que haciendo lo que no hace la hiedra, aún cuando te faltare la robustez del roble, lo que pierdas de grande no te faltare de noble…
[Edmond Rostand, Cyrano de Bergerac] La edicion de Alianza editorial, con traduccion de Mauro Armiño, es una maravilla.
De un tiempo a esta parte he de admitir que muy a mi pesar soy un lector fragmentario y fragmentado. No es lógico, ni moral, tener 18 libros sin terminar de leer, y seguro que con poco esto está estipulado como patología y tiene hasta nombre. El motivo es sencillo, creo. Estoy sobreestimulado, y es normal, paso la mayor parte del día literalmente rodeado de libros, a lo cual hay que añadir la lectura diaria de blogs literarios; creo que esto último ha terminado por definir la manera en la que leo últimamente. Lecturas rápidas y fragmentadas, ilusión holística, bibliofilia, logomanía, no sé, pero he de poner remedio. No voy a poner la lista de los libros que se amontonan por los rincones (literal) y que no acabo (no que no logre acabar, de los 18 he quitado lo que sí, he empezado y he dejado por imposibles), porque lo malo es eso, todos me tienen enganchado, aunque igual luego escribo la lista, más que nada por ordenarme yo y saber cuáles son realmente y ponerme un orden de lectura... Para colmo, releo… Y cuando me agobio por la falta de tiempo real para sentarme a leer despacio (el gran motivo de todo este desorden) me voy de “tapeo” entre las estanterías. Un par de hojas de Murakami, de Huxley, de Gopegui, de Spinoza y vuelta a empezar… Ayer leí unas gloriosas páginas de Cyrano de Bergerac de Rostand. Es una de mis piezas dramáticas favoritas. De la generación que vio a Gerald Depardieu encarnando a tan glorioso perdedor (1990), cuando leí el texto de Rostand, Cyrano tenía su cara, pero Roxana era algo privado (por cierto, no me olvido de la versión de José Ferrer). La he visto en teatro varias veces, con mayor o menos fortuna y, hoy por hoy, sigo recordando las 4 veces que vi la versión de Teatro Meridional, sobre todo una, en el festival de teatro de Alcalá de Henares, en una pequeña iglesia, donde no sólo Cyrano acabó llorando a lágrima viva (más de medio aforo terminó igual); inmenso Óscar Sánchez Zafra…
Hace años, cuando Internet era una entelequia, escribí en un fanzine sobre el Cyrano real, su libro "Historia cómica de los Estados e imperios del Sol. Viaje a la luna” siempre ha estado muy presente para mí y para Milos Meisner, y más aún en los pasados meses, pero a saber dónde tengo yo esa revista… Ayer leí la escena IV del primer acto y disfruté, como siempre, me acordé de muchas cosas, de cuando vi la peli, de cuando leí el libro y de un pajarraco torvo y vanidoso, y sobre todo sonreí un poco al saber que lamentablemente uno nunca tendrá la mente tan fresca ni el verbo tan ágil como para enfrentarse así a las afrentas… Porque todos, todos, tenemos una afrenta pendiente…
Edmond Rostand. Cyrano de Bbergerac (1897), I, escena IV Ed Alianza, 2008 Traducción, Mauro Armiño.10.25 € Ed. Espasa, 2006. 8.25 €
-¡Ah, no! Eso es muy poco, joven. Se podrían decir muchas cosas más, pero con otro tono. Por ejemplo, con tono agresivo: “Yo, señor, si tuviera tal nariz, me la arrancaba al instante”. O, en tono amistoso: “Se le mojará al beber; debería mandar que le fabricasen una copa especial”. O, con gesto descriptivo: “Es una roca, es un pico, es un cabo, pero ¡qué digo un cabo! ¡Una península!”. O, con aire de curiosidad: “¿Para qué sirve este accesorio?¿Para guardar tijeras?”. También en tono gracioso: "¿Os gustan tanto los pájaros que les ofrecéis paternalmente esa percha para sus patitas?. O truculento: "Cuando fumáis, señor, ¿podéis echar el humo por la nariz sin que los vecinos griten que está ardiendo una chimenea?. O, como advertencia: "¡Tened cuidado, que se os va a caer al suelo la cabeza, arrastrada por ese peso!". O, con ternura: "Debéis encargar para ella una sombrilla, no sea que su color se estropee con el sol". O, con pedantería: "Señor, únicamente el animal que Aristófanes llama hipocampoelefantocamello debió tener en la cara tanta carne sobre tanto hueso". O, con gesto caballeresco: "¡Eh, amigo! ¿Está de moda ese gancho? Por cierto que es muy cómodo para cargar el sombrero". O, con énfasis: "Ningún viento, excepto el mistral, podrá, ¡Oh, nariz!, enfriarte toda entera. Será el Mar Rojo cuando sangra". O, con admiración: "¡Qué emblema para un perfumista". O, con lirismo: "¿Es una caracola o es un tritón?". O, con ingenuidad: "¿Cuándo puede visitarse ese monumento?. O, respetuosamente: "Permitidme, señor, que os felicite; a eso llamo yo tener casa propia". O, con campechanía: "¡Eh, paisano! ¿Eso es una nariz? ¡Ca! ¡Eso es un nabo gigante o un melón pequeño!". O, en términos militares: "Lanzaos contra la caballería!". O, en fin, parodiando a Píramo, con un sollozo: "¡He aquí una nariz que ha roto la armonía de la figura de su dueño! ¡Así está roja de vergüenza la traidora!"... He ahí más o menos, lo que vos me habríais dicho, de tener alguna erudición y algún talento. Pero de inteligencia, ¡Oh, el más lamentable de los seres!, jamás tuvisteis un átomo, y de letras no tenéis más que las cinco que forman una palabra: "tonto". Y aunque hubieseis tenido la inventiva necesaria para dirigirme, delante de esta distinguida concurrencia, todas esas bromas, tampoco hubierais dicho la cuarta parte de la mitad de una sola, puesto que me las digo yo mismo con mucha facilidad y no permito que ningún otro me las diga".
Y aquí la maravillosa versión rimada... Yo llevo moralmente la elegancia...
Con todo el dolor de mi corazón.... me lo voy a perder.... Porca miseria... y maldito parné... aysss.... El jueves 19... Sala Caracol, si podeis no os lo penseis...
"Al borde del desguace Sumiso Descabezado y sin remedio El setentaicuatro revolviéndolo todo En la antesala de los últimos años Viendo barcos de brújulas rojas Cabotaje igualmente cobrizo Y timón desmemoriado Ya ciegos, todos Alguien me dice que comprende que recurrir al faro Es algo demasiado Sencillo y demasiado Insensato Y puestos a hacer rodar cabezas Que ruede sólo la mía"
A. Carnicero. "La exclusas del nautilus" Ed. Pacífico. 1998. Buenos Aires. 15 €
En esta época uno encuentra música por el canal que todos sabeis, y basta una tarde tonta clikeando sin parar, de una cosa a otra para dar con cosas que nunca d eotro modo hubiéramos encontrado. Escritores, películas que en la vida hubiera soñado ver o conocer su existencia, y música, claro... Discos que en mi adolescencia era incunable y inencontrables, que formaban casi parte de una mitología privada e inalcanzable, ahora flotan en la nada de mi disco duro, no sé de su existencia física pero al menos los he escuchado (Granicus, los 4 discos de Bobby Whitlock, el que hacía sombra a Eric Clapton en Derek and the Dominoes...)
Luego navegas y ves que hay otros como tu. Me pasó con Will Hoge, lo descubrí en myspace hace 4 años, y me acuerdo especialmente porque fue mi primera compra trasatlántica, y ahora igual cae en el Azkena del 2010. Y me pasó con Ryan Bingham.
Ryan Bingham es un muchachote de Nuevo México que se mueve en los territorios del llamado country alternativo o americana. Aún no tiene 30 años y ya tiene cuatro discos a sus espaldas. Bingham pertenece a esa clase de tipos rudos que cantan con el polvo del desierto en su garganta. Las letras de sus canciones son aridas y realistas, un reflejo de su vida errante. Vidas Rebeldes de John Ford no le pilla muy lejos. Ryan Bingham ha crecido dentro de la típica familia desestructurada del medio oeste americano y ha llevado una existencia errante desde muy joven, hostales, carreteras infinitas y antros donde tocar, hacho que compaginaba con principal fuente de ingresos (hasta hace 3 años), montando toros en el circuito de rodeos. Algunos críticos dicen que su voz se asemeja a un cantante de más de cincuenta años. Esta sensación se palpa en la primera escucha, se oyen ecos del Dylan más eléctrico, de Steve Earle o Drive-By Truckers. Sus dos ultimos discos han sido producidos por el gran guitarrista y ex-Black Crowes, Marc Ford. Tras dos discos en la modesta compañia tejana Lone Star Music, Wishbone Saloon en 2004 y Dead Horses en el 2006, ficha por Lost Highway Records y saca otros dos discos, Mescalito del 2007 y Roadhouse Sun en el 2009.
Mescalito me fascinó. El disco perfecto para cualquier tarde tonta mirando caer el sol en la estepa manchega. Roadhouse Sun me ha volado la cabeza. Desde que me llegó lo devoré, bueno, antes, porque lo escuché antes, copia de seguridad en el cd del coche y de ahí no ha salido hasta dos semanas después (cambiado por Joy de Phish, por cierto).
No sé si será la producción de Marc Ford, o que Bingham como compositor a dadu un paso más, pero el disco suena tremendo. La paleta musical incluye los popes citados antes y en canciones como "Change is" se nota que los caminos de Wilco son inescrutables y muy fructíferos. Insisto, uno de esos discos que crece en matices y profundidad con cada escucha, uno de los discos del año.
Reproduzco literalmente (corto y pego, vamos) el artículo de el diario El Público sobre el libro electrónico... No sé, uno se pregunta tras leer cosas así, soy yo o esto parece más una agresiva campaña de marketin' encubierto... dentro de poco dirán que los libreros somos unos ladrones aprovechados o algo así... En fín... operación "búsqueda de nuevo curre" oficialmente abierta... Con un titular así qué menos...
El Público. Los libros abandonan las librerías El negocio avanza hacia el ‘streaming’, las descargas y el ‘libro enriquecido’ con elementos audiovisuales. PAULA CORROTO - MADRID - 27/10/2009 23:32
La pregunta ya no es si leeremos en pantalla o en papel; la pregunta es cómo leeremos en pantalla. El cambio en la expresión es sustancial: la lectura en pantalla ya está aquí. Lo que no sabemos es si ya está la literatura. Ni qué será de las librerías, que cada vez suenan más como las grandes damnificadas. En España, las editoriales reconocen que se han visto espoleadas por las empresas de tecnología para adaptarse, pero también saben que no hay escapatoria. Según el reciente estudio sobre La Digitalización del Libro, elaborado por el portal Dosdoce.com, un 57,8% de las 277 editoriales consultadas cree que la definición del modelo on-line es la principal prioridad para 2010, seguido de la formación del personal en nuevas tecnologías (33,6%) y del establecimiento de los derechos de autor digitales (27,8%). La importancia de la digitalización se ve refrendada por las dos conferencias que se celebran hoy en Madrid: las I Jornadas sobre la transformación de los hábitos de lectura con las nuevas aplicaciones, organizada por ANELE, y E-book, la puerta on-line a la cultura impresa, puesta en marcha por Telefónica. Otro dato más del boom digital. Aunque el porcentaje de lectores de e-books todavía es bastante despreciable en España, una editorial como Harlequín, especializada en novela romántica, ha generado en el último año un volumen de negocio de un millón de euros con la venta en PDF de sus libros a través de su web para leerlos en ordenador.
A por el dinero
Si es evidente que el mundo digital ya está aquí, ¿cómo será el acceso a los libros? ¿Compraremos por Google? ¿Cómo leeremos? ¿Qué tipo de libros leeremos? Mil preguntas y mil respuestas. Pero si algo es certero, es cómo suenan las monedas de los múltiples negocios que se avecinan. Óscar Fajardo, responsable de marketing web de la editorial SM, y participante en la jornada de Telefónica, señala que una de las posibles tendencias que cada vez se contemplan más es el streaming o "los libros en la nube" . "No sabemos lo que va a ocurrir, pero el streaming está ahí y lo estamos estudiando", afirma. Este servicio es que el utiliza Spotify para la música. El usario accede a la canción en la web, pero no se la descarga. "En libros podríamos hablar de mostrar un capítulo, después otro...", piensa Fajardo. ¿Cómo serían entonces las fuentes de ingreso? Porque hoy en día está establecido: los beneficios del precio final se reparten entre autores, editores, distribuidores y libreros. "Por supuesto esto cambiará y empezarán las negociaciones con operadores de Red. Se pueden establecer bonos de tarifa plana para que por 25 euros te bajes cuatro libros", apunta Fajardo, quien también avisa que ya no se negociará con las 4.000 librerías que existen en España, sino que será con un operador que permita las descargas en todo tipo de aparatos, incluso los móviles. En este sentido, no es de extrañar que las conferencias las haya organizado Teléfonica. Otras editoriales se muestran más cautas a la hora de lanzarse directamente al mundo Internet. Desde Random House Mondadori, Patxi Beazcoa, director de marketing y proyectos web, asegura que en la plataforma de distribución que han creado junto a Santillana y Planeta (en mayo colgarán 6.000 títulos), ellos seguirán contando "con los mismos jugadores con los que hemos contado hasta ahora. Una librería puede montar su web y asociarse con una plataforma digital". Habla con producencia, pero también reconoce que las posibilidades de negocio están cada vez más abiertas. "Sí, conocemos el modelo streaming y el de préstamo. No todo los modelos van a estar basados en las descargas de archivos", reconoce. Con respecto a Google Editions, el nuevo proyecto de librería del gigante de Internet, en España la postura es clara: "Nosotros no nos la planteamos como plataforma de distribución hasta que no acepte las mismas condiciones que el resto de jugadores que ahora hay en la partida", señala Beazcoa. Es decir, quieren un porcentaje distinto a ese 15% que ofrecen al editor de la venta del libro. La industria está volcada, se discuten los accesos, el precio del libro, los editores apuestan por el 4% de IVA, pero y ¿la literatura? y ¿los lectores? Porque hasta ahora parece que se está contando poco con el aspecto más creativo de esta industria.
Choque de lecturas
Mireia Manresa, profesora del departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Autonóma de Barcelona aclara: "Hoy la literatura no está en las pantallas, sino en los libros en papel. En las pantallas está la información". Sin embargo, también observa ese choque que se va a producir entre "la lectura rápida e hipertextual que exige la pantalla y la reflexiva del papel". Para ella significa, además, un enriquecimiento: "Sobre todo porque la pantalla socializa". Manresa también señala que en la web ya se está desarrollando "una literatura digital, que no digitalizada, fragmentada y muy especifica". ¿Quiénes serán los lectores de los e-books? Porque detrás de toda la digitalización hay una cuestión generacional. En este sentido hay diversidad de opiniones. Óscar Fajardo, de SM, entiende que "hay muchas generaciones que se han educado en papel y estos seguirán leyendo en papel". Para Arantxa Mellado, del portal Ediciona.com, "los más proclives serán los nativos digitales, es decir, la generación que ya ha nacido con Internet". Sin embargo, Mireia Manresa, sostiene que será al contrario: "Los adolescentes no están pidiendo este aparato de lectura. Además, tampoco leen libros. En Internet, leen en chats y poco más. Creo que serán los adultos los que compren e-books".