viernes, 29 de octubre de 2010

Degenerados, sinvergüenzas y escritores, ese cajón "desastre"

Me pregunto si la señora Aguirre (y la cito textualmente: "la historia de la literatura está plagada de actos absolutamente reprobables. Por citar sólo algunos, Gabriel García Márquez, Henry Miller, Jaime Gil de Biedma") es realmente una replicante defectuosa o la mala de V, también me pregunto si es verdad eso que dicen que todos los de su ralea tienen en casa un retrato como Dorian Gray que expresa la vergüenza que no muestran y que guardan bajo llave en el trastero más inmundo. De narcisistas como F.S.D no hablo, intento que este blog sea de literatura, o de libros, o de música o de lo que coño me apetezca, pero de eso no...
Hoy me han pedido el libro en cuestión, pobre Boadella. Lo he pedido al distribuidor, por supuesto; los motivos por los que la gente lee o lo que le guste leer no es asunto mío.

¿Hablamos de literatura y de escritores reprobables? ¿De literatura de verdad y de escritores de verdad?
Me apetece citar un texto precioso de un escritor asquerosamente reprobable...

"19 Mayo de 18..
Nadie, ninguna mujer ha impresionado de voluptuosidad mi existencia, como aquella chica de once años que tenía los ojos cuarentones de la madre y los movimientos de una tía suya vestidas con colores muy charros que llegaba los lunes a Bujival. A las mujeres las he exprimido como un limón y las he arrojado lejos. Las más ricas en secretos las he desdeñado como las otras. Sólo el recuerdo de la vecina -ella fue siempre impalpable como recuerdo- insiste en la soledad de mi desgana y de mi desaliento. Es el hada madrina de mi sensibilidad. Mi imaginación parte como una flecha rápida y aguda hacia aquel momento en que su sabiduría intuitiva de mujer le hizo poner el pie sobre una piedra de cantón y me mostró toda la otra pierna. Jamás ninguna mujer, nunca la experiencia de ninguna amorosa vergonzante, llegó a igualar el gesto genial de aquella chica que puso sin necesidad el pie sobre una piedra y me descubrió la crema rosa de su pierna, que sabía bien, en su ansiedad de mujer, ser la fortuna más preciosa que poseía.
Debía reintegrar mi regimiento. No pude estar más cerca de esa mujer en ciernes, de esa paloma criminal que añadía a su belleza y a su juventud la flor carnosa de la inocencia hecha florecer bajo la custodia del jardinero trágico del instinto.
Vecinos éramos. En las vísperas de mi partida, desde mi lecho, en la mañana, la oía alejarse hacia el colegio y comprendía por mis oídos toda la voluptuosidad de sus movimientos. Distinguía el ruido de uno de sus senos pulposos, demasiado grande para su pecho, al desprenderse del otro seno, que como decía Jules Barbey d'Aurevilly a propósito de una virgen de Memling, había resuelto la premisa inmaculada de la concepción mucho antes de que los padres de la iglesia lo resolvieran."
Vizconde de Lascano Tegui. De la elegancia mientras se duerme. Ed. Impedimenta

 
VIZCONDE DE LASCANO TEGUI: UNA CORTA BIOGRAFÍA 
(sacada de http://www.impedimenta.es/ficha_elegancia.htm)
 
Hijo de padre argentino y madre oriental, Emilio Lascano Tegui nació en Concepción del Uruguay, en Argentina, en 1887, aunque su partida de nacimiento nunca fue hallada. En 1908 viajó a Europa como traductor de la Oficina Internacional de Correos y se dedicó, durante sus frecuentes licencias, a recorrer a pie Francia, Italia y el norte de África. Letraherido, comienza en 1909 a firmar anteponiendo el ficticio título de vizconde. En 1914 decide instalarse en París, donde participa de la bohemia y de la amistad de Picasso y Apollinaire. En la capital francesa ejercerá la profesión de mecánico dental durante todos los años que dura la Gran Guerra. A lo largo de su vida, Lascano Tegui trabajó como diplomático, pintor muralista, cocinero y conservador de museo. Su carrera literaria se inicia en 1910 con el libro de poemas La sombra de la Empusa. Al siguiente año publicó el libro Blanco con pie de imprenta falso de París, bajo el pseudónimo de Rubén Darío hijo. Reúne todos sus artículos publicados en diversos medios en el volumen Mis queridas se murieron. Será en 1925 cuando Lascano Tegui publique, en la editorial Excelsior de París, su obra más redonda, De la elegancia mientras se duerme, que narra, como si se tratara de un diario íntimo, la historia de la gestación de un asesinato. Muchacho de San Telmo, su último libro, editado en 1944, integra una colección de poemas en donde el autor evoca su propia infancia.
Una buena parte del resto de la obra de Lascano Tegui está perdida o directamente se duda de su existencia: el original de la obra de teatro La esposa de Don Juan, por ejemplo, se destruyó al incendiarse el camarote de un barco en donde viajaba el autor; otras obras, como el ensayo Vía Láctea de Polillas, se supone que se conservaban en una habitación clausurada de un apartamento bonaerense, que no se encontró. La misma suerte corrieron los manuscritos de Cuando la plata era señorita y Mujeres detrás de un novio. Ambos aparecen mencionados en su testamento hológrafo, pero nunca se hallaron.
El Vizconde de Lascano Tegui vivió sus últimos años en Buenos Aires, donde falleció el 23 de abril de 1966.


miércoles, 27 de octubre de 2010

La libreta de Philippe Menard, que dice ser sobrino del primo tercero de Pierre, pero que no

Acumulo notas en una libreta vieja de cosas que leo y me gustan, antes no, últimamente sí, desde hace un año, creo; antes, al principio, lo hacía, escribir los fragmentos que me gustaban en una libreta, supongo que me daban miedo los libros y yo era casi un adolescente; luego seguí apuntando fragmentos pero comencé a subrayar. Al final, no sólo subrayaba sino que hacía dibujos en los márgenes, tenía lápices de colores según considerase la importancia de los que leía, rojo muy importante, verde anecdótico, azul si no tenía ningún otro lápiz a mano, negro casi siempre, exclamaciones que he olvidado qué significaban, monigotes sacando la lengua, cañas de pescar sujetas por peces que pescan hombres sentados sobre el número de la página, tachones, manchas de café o tierra, arena que el viento metía entre las páginas cuando el mar estaba cerca y yo leía tirado de mala manera abrigado hasta las orejas en cualquier lado. Ahora escribo de nuevo lo que me gusta y dejo los libros en paz. No es que respete los libros, o que me haya vuelto un pulcro y refinado fetichista, simplemente, y aunque suene obsceno, me gusta devolver impolutos los libros que me parecen una mierda y nadie compra. La manía que no se me va es la de firmar y poner la fecha y el lugar donde esté a los libros que me quedo, como reses que marco a fuego en mi cortijo de papel y polvo, pero no los subrayo. No siempre escribo el autor de las citas, y eso me crea problemas al releerlos pasado un tiempo prudencial. También he de decir que tengo una letra infame y que seguramente las citas no sean del todo correctas.

25 de septiembre de 2010
"14 de octubre 18..
Los pescados -me refiero a los del Sena- al llegar a Bujival están viejos y cansados. Conocen todo el trato del arte de pescar. Cuando yo silbo en la ribera, veo que los pescados se entretienen en saltar fuera del agua celebrando la música. En cambio, ni se mueven cuando pasan al lado de la lineas tendidas. Porque los pescadores son unos aburridos que no saben silbar." Vizconde de lascano Tegui. De la elegancia mientras se duerme. Ed. Impedimenta.

24 julio
"De vuelta, con el corazón helado, y la conciencia tranquila."

3 de ¿enero?
"El uso de la URSS de la psiquiatría como una medida punitiva se basa en una interpretación consciente de la disidencia como un problema psiquiátrico" Vladimir Bukoswki, Manual de psiquiatría para disidentes, 1973.

 

29 febrero
"La bala perdida entró por el ojo y salió por la oreja de Marcelo, matando al compañero que estaba a su lado. Estaban escondidos tras una tapia en un pueblo de la Sierra de Granada llamado Mecina Bombarón. Infinidad de veces le oí contar esa historia que nadie se creía hasta que Marcelo se quitaba el parche del ojo y se apartaba el pelo que apenas se sujetaba tras una inexistente oreja convertida en un bulto informe de carne rosada y suave."

ayer
"Al final ella muere y él se queda solo, aunque en realidad se había quedado solo varios años antes de la muerte de ella, de Emilia. Pongamos que ella se llama o se llamaba Emilia y que él se llama, se llamaba y se sigue llamando Julio. Julio y Emilia. Al final Emilia muere y Julio no muere. El resto es literatura." Alejandro Zambra. Bonsai. Ed. Anagrama

"Estuve esperándote hasta que la lluvia caló mi sombrero y estornudé tres veces seguidas, como si así me sacudiese de encima la esperanza, mi imbecilidad y tu desprecio, por ese orden."

Hace un rato
"Sin ninguna clase de rodeos ni explicaciones demasiado enrevesadas, le dice a Nietzky que quiere dar el salto inglés -espera que capte lo que quiere decir y que a la larga, con su particular talento, hasta amplíe el sentido de la expresión- y le explica que ha pensado, además, celebrar un réquiem por el fin de la era Gutenberg, un réquiem del que sólo sabe, por ahora, que deberá estar relacionado con el sexto capítulo del Ulysses. Un funeral en Dublín, le dice y le subraya. Un funeral no sólo por el mundo reducido por la edición literaria, sino también por el  mundo de los escritores verdaderos y los lectores con talento, por todo lo que se echa en falta hoy en día." Enrique Vila-Matas. Dublinesca. Ed Seix Barral.

fecha ilegible
"¿Te das cuenta de lo que estamos haciendo? El qué, respondí. Estamos empezando a acumular recuerdos juntos."


27 de octubre 2010
"A Riba no se les escapa que es característico de la imaginación encontrarse siempre al final de una época. Desde que tiene uso de razón oye decir que nos hallamos en un periodo de máxima crisis, en una transición catastrófica hacia una nueva cultura. Pero lo apocalíptico ha estado siempre, en todas las épocas. Lo encontramos, sin ir más lejos, en la Biblia, en la Eneida. Está en todas las civilizaciones. Riba entiende que en nuestro tiempo lo apocalíptico sólo puede ser ya tratado de forma paródica. Si llegan a celebrar ese funeral en Dublín, éste no podría ser otra cosa que una gran parodia del llanto de algunas almas sensibles por el fin de una era. Lo apocalíptico exige ser tratado sin excesiva seriedad. A fin de cuentas, desde niño se ha cansado de escuchar que nuestra situación histórica y cultural es inusitadamente terrible y en cierto modo privilegiada, un punto cardinal en el tiempo. Pero ¿es así en realidad? Parece dudoso que nuestra "terrible" situación sea muy diferente de la de nuestros antepasados, pues muchos de ellos sentían lo mismo que nosotros y, como bien dice Vok, si nuestros elementos de juicio nos parecen satisfactoriosRiba, lo apocalíptico tiene un barniz novelesco espléndido, pero no hay que tomárselo muy en serio, porque en realidad, si lo miro bien, lo que me ofrece es la alegre, torunda y feliz paradoja de un funeral de Dublín, es decir, me ofrece aquello de lo que más necesitado ando en los últimos tiempos: tener algo que hacer en el futuro." Enrique Vila-Matas. Dublinesca. Ed. Seix Barral

2 enero 1999
"Seguramente "Pierre Menard escribió el Quijote" así"

lunes, 25 de octubre de 2010

¿Qué clase de persona escribe "Cuando acabe el invierno"?

 

Llevo unos días de colapso, blogueramente hablando. Si no me equivoco, soy poco proclive a darme coba a mí mismo en este blog, literariamente hablando (primero porque no hay motivos para hacerlo y segundo porque no hay motivos para hacerlo), pero algo a lo que estoy citado mañana me tiene un poco desorientado. Sé que lo que acabo de decir es una contradictio in terminis, pero no se me ocurria una frase mejor para empezar.
Ya es raro pensar a veces que hace diez años escribí una novela que hace seis que se publicó (¿y?), pero más raro es que te llamen de la biblioteca pública en pleno 2010 para decirte que las 22 personas del club de lectura se la están leyendo y que si quieres ir a comentarla a una charla el martes 26 de octubre (¡¡y que incluso a alguien le ha gustado!!). Han pasado tantas cosas en seis años (que fue la última vez que la leí) que he estado un tanto aterrado estos días en los cuales me he tenido que volver a enfrentar a ella. ¿Veredicto? Dios de mi vida y de mi corazón, cómo no me corté las manos... la boca, la lengua, la nariz y los pies o al menos cómo no hubo alguien que me dijera "así no vas bien...". Amigos míos (los que lo sean y pasen por aquí), os odio.... ¿Por qué no me lo dijisteis? Me he leído un truño de novela de 284 páginas pensando que hubiera quedado menos horrorosa con al menos 100 páginas menos... ¡¡Cojones, que encima la he escrito yo!!
Desde 2004 hasta hoy han pasado muchas cosas, pero las literarias se resumen en pocas palabras; "sí, he seguido escribiendo, pero lo único para lo que ha valido cuando me he decidido a enviar esas cosas por ahí es a coleccionar rechazos de todo tipo, salvo lo de COSECHA EÑE 2007, que fue precioso". Lo de mañana me aterra un poco, 22 personas comentando una cosa que lleva mi nombre y yo intentando defenderlo incluso sin creer en ello. Han habido tantas cartas de rechazo que incluso me da vergüenza defender la que me dio el sí. Hasta hoy me consolaba viéndome, en terminología "Vila-Matiana", como un Bartleby. "La muñeca rusa" hace meses que duerme en un cajón, y el blog se mantiene por esa vena masoquista y narcisista de la cual me cuesta desprenderme, escudándome en un negocio relacionado con libros, como es la modesta y paupérrima Pecera, pareciendo que así tengo una bonita justificación cuando lo que pasa es que tengo un ego desmesurado y ebrio de sí mismo (lleno de moratones y cicatrices, sí, pero ego al fin y al cabo). Hasta ahora he sido una especie de caballero negro de los Monty Python en la mesa cuadrada, sin piernas ni brazos y pidiendo pelea...  Pero lo de mañana no es broma y me acojona. 
Hacía mucho que no me costaba tanto acabar un libro. Los que no me gustan lo suelo dejar a medias sin ningún tipo de complejo, pero es que este tenía que leerlo entero porque se supone que tengo que hablar de él y apenas me acordaba, no de qué va, sino de cómo es. Un poco truño. Igual mañana me comporto como una de esas señoras maleducadas y vulgares, de esas que saben que su hijo es un deshecho humano, un yonki que si puede darte un sablazo te lo dará, pero que son capaces de montar el cirio padre por defenderlo a las puertas de juzgado, gritando y pataleando. Quien sabe; igual simplemente me pongo a hablar de Leonard Cohen y Howlin' Wolf o de los escritores que me gusta leer y listo...

La verdad es que he pensado en tomármelo como el rito final; tal vez es la señal que necesito para dejarlo estar. Releyendo "Cuando acabe el invierno" me he dado cuenta de tantas cosas que igual está bien que "La muñeca rusa" se quede en el cajón, que "Cardiopatías" se quede en el cajón, que "Varsovia y la fatalidad" se quede en el cajón, incluso que yo mismo me quede en el cajón, mañana me doy un homenaje, aparento ser lo que no soy, aunque me hubiese gustado serlo, y fin. ¿Que qué clase de persona escribe una novela llamada "Cuando acabe el invierno"? No lo sé, pero miedo me da pensarlo. Después cuelgo poco a poco todos esos relatos que por diversos motivos nunca han visto al luz y que guardaba por si acaso algún día los hados me eran favorables, incluso cuelgo "La muñeca rusa" por capítulos, después malvendo La Pecera y me marcho a currar de guardia de seguridad o vaya usted a saber de qué, pero donde contraten a discapacitados, y que no tenga nada que ver con la industria literaria, dedicando mi tiempo libre a la melomanía, a escribir biografías de músicos de rock y actores de teatro caídos en el olvido y a discutir y discutir de literatura con mi amigo Eduardo (lo único realmente divertido). Con un poco de suerte acabaré dejándome mostacho setentero, comprándome una moto ruidosa y molona y releyendo a Erich von Däniken...

No puedo evitarlo, soy un nostálgico, un poco cobarde, pero nostálgico al fin y al cabo...

lunes, 18 de octubre de 2010

Menos mal que nos quedan las negras botas vaqueras de Eilen Jewell

Mira que me jode decirlo, pero menuda decepción la conferencia ofrecida por José Manuel Caballero Bonald el viernes dentro de ese cajón desastre bienintencionado pero convertido en brindis al sol que es ese ciclo de conferencias llamado "Escuela de Ciudadanos". Dejando de lado lo obsceno que es (o que me parece) la cantidad que se les paga a los conferenciantes que vienen, lo del viernes se puede calificar de conferencia "piñón fijo", "refrito de charla dada mil veces" o simple y llanamente de "tomadura de pelo". 50 minutos de lugares comunes, cosas oídas mil millones de veces, perogrulladas con aires de frases iluminadoras y humo, mucho humo. Lo digo tres días después, porque siempre voy con el ánimo dispuesto, con las ventanas de mis mónadas abiertas de par en par, incluso con cierto nerviosismo por eso de estar cerca de ciertos personajes que aprecio y admiro, pero por más que intento ser indulgente no hay manera. Si hoy alguien me dijera "vente que te voy a presentar a Robert Plant", diría "mejor no que quiero que me siga gustando". Por dios, qué charla más soporífera. 

Cuando llamé a mi santa al salir le dije que "no ha estado mal", pero cuando un rato después caí en la cuenta de que esa noche dormiría solo por haberme quedado a ver a Caballero Bonald, me sentí de lo más estúpido. Venga hombre, no me jodas. Tituló la conferencia (y cito de memoria) "el compromiso del escritor" o "escritura y compromiso" o algo parecido. Tras las laudatorias palabras del director de la "escuela de ciudadanos", me entró el gusanillo, alguien con una biografía tal podía dar una charla, si no gloriosa, sí bastante jugosa, pero cuando bajó la cabeza y se puso a leer los folios que traía, a mi mente vino la imagen de esas soporíferas clases universitarias donde bromeábamos con el tono más o menos amarillento de los folios que se limitaban a leer algunos profesores en unas clases que era mortales de necesidad. Estuve diez minutos escuchando con mucha atención, esperando la chispa, el brillo, la lucidez de quien crees que en cualquier momento va a decir eso que nunca has pensado y deberías, pero no. El resumen sería "para ser buenos ciudadanos hay que leer mucho; el verdadero escritor es un tío comprometido con su literatura y por ende con el mundo y la sociedad; y Caballero Bonald desde siempre ha leído mucho". Para eso me quedo en mi casa y releo "Manual de infractores". Al finalizar, cuando el director de la escuela dijo quienes iban a ser lo próximos conferenciantes, pensé, mucho van a tener que cambiar las cosas para que yo vuelva. Aunque como digo saliera dándole vueltas al peloto, queriendo no pensar lo inevitable, pero es que no dijo nada. 50 minutos de humo, no porque no dijera nada, sino porque no dijo nada que disipara la sensación de deja vu aburrido y gris, nada reconfortante, nada con que disentir, nada brillante con lo que hacerme enmudecer, nada... Al día siguiente alguien me dijo lo que se había embolsado por esos 50 minutos y sí, me cabreé porque me jode que me tomen por tonto y porque algo de ese dinero también es mío. Lo peor, lo que verdaderamente me duele, es que va a pasar mucho tiempo hasta que vuelva a poder leer a Bonald sin que esos 50 minutos me influyan negativamente. Si a él no me apetecía estar allí, consiguió que a mí tampoco me apeteciese.

Sensación muy distinta fue con la que salí  al día siguiente de la primera conferencia del ciclo dedicado al centenario de la CNT que han organizado los del colectivo (asociación, grupo, pandilla, ateneo...) La Miao. Sencillo, claro, humano, participativo, cercano y didáctico. Una charla sobre el surgimiento de las primeras escuelas libertarias en España llevadas a cabo por Ferrer i Guárdia y sus antecedentes históricos. En cuanto acabó la charla tuve que irme disparado, y eso que la cosa prometía, pero nobleza obliga y un concierto de Eilen Jewell puede con todo. Al día siguiente, domingo, en el mismo sitio, estaba organizado un homenaje a Vicente Sánchez, fundador de la Colonia Aymare, que me dolió perderme, y durante toda esta semana han preparado actos sobre la CNT, charlas, video-forums y exposiciones. Chapó. El libro "La colonia Aymare" lo distribuyen Traficantes de sueños, y se puede conseguir por 10 €, que no se haga el remolón vuestro librero habitual si se lo pedís.

El blog de La Monstrua Internacional de Arte Oblícuo: http://lamiao.blogspot.com/ 
Nota sobre la Colinia Aymare (extraido de http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/68093953117461506322202/p0000001.htm):


Por Colonia Aymare de mutilados y ancianos de la Revolución Española de 1936 a 1939 se conoce una importante experiencia solidaria de vida en colectividad realizada por los libertarios exiliados en Francia. La Colonia Aymare se mantuvo hasta el año 1963. Esta finca de 120 hectáreas de tierra que se encontraba situada a 4 km. de Le Vigan, departamento del Lot, la compró el MLE-CNT en 1939, para tener una especie de refugio para poder sacar de los campos de concentración franceses, a los pobres desgraciados de los republicanos españoles. Durante la ocupación alemana, Aymare sirvió de refugio a los grupos de la resistencia (maquis). Con el tiempo, en 1947, se pensó en ayudar a los mutilados y ancianos de la Revolución Española habilitando un pabellón adosado al caserón que tenía la finca. La comisión organizadora estuvo compuesta por la Liga de Mutilados, Solidaridad Internacional Antifascista y el Movimiento Libertario Español. Para poder albergar unos 17 ancianos se constituyó un grupo de trabajo para explotar las tierras y cuidar la granja de conejos, gallinas y cerdos, y de esa manera poder mantener a todos los allí acogidos. La tenacidad y empeño de estos idealistas logró abrir el camino hasta que el nombre de Aymare empezó a esparcirse por el conjunto de la organización confederal del exilio, y las aportaciones de carácter económico y humano ayudaron a dar calor a los primeros colectivistas. En el Congreso de la CNT de 1950 se tomó el acuerdo de formar grupos de trabajo voluntario para ayudar, durante las vacaciones, a los compañeros de Aymare. De visita, en giras, pasaron por la colectividad centenares de compañeros y compañeras de los departamentos de Francia, de Inglaterra, de Suiza, de Holanda y Bélgica. Se instaló una emisora de radio dirigida a emitir para el interior de España, aunque el dictador Franco, por mediación diplomática, hizo que las autoridades francesas hicieran lo imposible para cerrarla. El Pleno Intercontinental de núcleos de la CNT se celebró en Aymare, el mes de julio de 1952, con la participación de unos 150 delegados venidos de Francia, Inglaterra, México, Bélgica, el secretario de la AIT que era Anderson de Suecia y delegados de España.


Con la sensación grata de haber podido asistir a una charla donde no se trataba a los asistentes de débiles mentales y donde sí que había aprendido varias cosas y se me había ofrecido varias otras sobre las que darle vueltas al peloto (segunda vez que aparece este palabro, lo sé), me fui solaz y contento a buscar a mi santa a la salida del trabajo (servicio de urgencias de un hospital, es decir ese sitio que algunos sólo pisamos contra nuestra voluntad y cuando ya no queda más remedio y donde otra gente va para que le miren eso que le duele, molesta o preocupa sin necesidad de pedir cita ordinaria ni pedir permiso en el curre) para subirla raudo y veloz en el coche e irnos a Tomelloso a ver a Eilen Jewell. La posibilidad de que hubiese tenido un turno matador y terminar en casa haciendo masajes de espalda y quedándonos dormidos en el sofá estaba ahí, pero no hubo lugar y llegamos a tiempo a la Sala Beat (tres hurras) a ver a Eilen. La clase es algo que escasea tanto que cuanto te la topas de frente en un escenario sorprende de verdad. ¡Vaya grupazo! Vaya voz, vaya estilo y vaya saber hacer (y vaya Guitarrista. Su nombre, Jerry Miller, creo que original de Nashville, tocando con una Gretsch con un sonidazo rotundo). Sonó la mejor version de Shakin' all over que he escuchado en mi vida a parte de la de los Pirates o los Who. 

Por las negras botas vaqueras de Eilen, qué gusto dar reencontrarse con artistas que disfrutan con lo que hacen y lo trasmiten de manera tan humana y cercana. Muy poco tardó en meterse a la gente en el bolsillo con su español sorprendentemente fluido y divertido, entrando a trapo a los comentarios de la gente, contando anécdotas y desprendiendo simpatía a raudales. Eilen y su banda nos trasladaron a mediados de siglo pasado, si cerrabas los ojos, en vez de en un estrecho bar, isla solitaria, manantial perdido en la estepa, podías creer que estabas en un bar polvoriento y de madera carcomida. La frágil y ensoñadora voz de Eilen puso banda sonora a un paisaje de similar rudeza campesina y paisajes evocadores y casi desérticos. Y así fueron descargando preciosas composiciones como la elegante “Sweet Rose”, la soberbia “Sea Of Tears” y varias versiones de Loretta Lynn. Entre canción y canción Eilen no dejó de obsequiarnos con su simpatía en ningún momento y se atrevió a practicar su español sin ningún tipo de pudor. Comunicativa y muy cercana nos trasladó al salón de su casa de Boston como si de una velada íntima se tratara. Hasta ella misma admitió sentirse sorprendida del resultado del bolo, con una banda a gusto, un público más a gusto aún y ella acabando el concierto con una canción nueva que había escrito hacía dos semanas sin título todavía. Pues eso, que leer he leído poco este finde, pero por fortuna Eilen Jewell ha colocado las cosas en su sitio.

Mi nueva canción favorita:

Tremenda versión de Van Morrison que también sonó el sábado....

jueves, 14 de octubre de 2010

99 fábulas fantásticas de Ambrose Bierce

«La Fortuna y el Fabulista
Un Fabulista atravesaba un bosque solitario cuando se topó con la Fortuna. Muy asustado, trató de subir a un árbol, pero la Fortuna lo retuvo y lo acorraló con cruel insistencia.
—¿Por qué intentaste escapar? —dijo la Fortuna cuando los gritos y los movimientos del hombre cesaron—. ¿Por qué me miras de una manera tan hostil?
—No sé qué eres —respondió el Fabulista, muy alterado.
—Soy riqueza, soy respetabilidad —explicó la Fortuna—, soy casas elegantes, un yate y una camisa limpia todos los días. Soy ocio, soy viajes, vino, un sombrero con brillo y un abrigo sin brillo. Soy dinero suficiente para comer.
—Está bien —susurró el Fabulista—, pero, por favor, baja esa voz.
—¿Por qué? —preguntó la Fortuna, sorprendida.
—Para no despertarme —respondió el Fabulista mientras se le dibujaba en el rostro una calma perfecta.».
 Abrose Bierce.
Hay libros que cuando entran en una librería, la iluminan, y da una pena horrible que se vayan, por eso los libreros los reponemos. Normalmente no salen por la puerta en fila, de a dos o de a tres, descosidos y sin rostro, como algún que otro libro que lo mismo da que esté o que no esté, sino porque son especiales y no salen mucho, o quizá por ello, es triste cuando se van; aunque también es cierto que si el cliente (el despistado, el que no pregunta nada, el que parece no tener suficiente cuello en su camisa para esconderse y mirar por los rincones como un cuervo tímido y desplumado, pero también el que en un giro, en una vuelta rápida, da con dicho libro sabiendo que muy poca gente se fija en él a menudo, como un buscador de oro con suerte, y ojo) lo ha cogido y al abrirlo sonríe, ya no da tanta pena si decide llevárselo. El libro cuesta 18,90 €, y deja un regusto similar al de un plato de calamares a la romana y una cervecita mirando al mar en Cádiz, con el añadido de que no tienes que volver a pagar para abrirlo cuantas veces te plazca.



Repito. Ambrose Bierce. 99 fábulas fantásticas, ilustradas por Carlos Nine, de la editorial Libros del Zorro Rojo, es un libro precioso. Precioso, de esos de horas muertas y secreto íntimo. Lo leí hace siglos, a Bierce, su Diccionario del Diablo, en una edición hiperbarata que se me desmenuzaba entre las manos conforme lo leía, supongo que en una traducción horrible (el libro lo terminé y tuve que tirarlo, había perdido las mitad de las páginas y las que quedaban estaban ansiosas por conocer mundo...), y que compré en un puesto ambulante cuando me gustaba creer en espantajerías como ovnis y espíritus y viajes de Jesús a Cachemira y leía todo en lo que apareciese la palabra diablo, es decir, cuando estaba en esa fase adolescente en la que uno se va desprendiendo como puede de la educación católica y necesita argumentos que lo reafirmen en su decisión y que a la vez le valgan para tocar un poco las narices. Lo releo, o redescubro, en una edición de esas que no repetiré lo bonita que es por no resultar pesado, pero lo es, y gozo (mirándome el dedo gordo del pie, como Arlt), lo cual es lo propio con Bitter Bierce...


Escritor, periodista y editor estadounidense, Ambrose Bierce prestó servicios en el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil, en la que estuvo en varios frentes, implicado de manera directa, y en la que fue herido de gravedad. Su primer cuento, «The Haunted Valley», fue publicado en 1871 en la revista Overland Monthly. En 1877 inauguró su famosa columna «Prattle» en el semanario Argonaut. En 1887 empezó a trabajar para los periódicos de William Randolph Hearst (¡¡¡ese, el de Rosebud!!!) y su fructífera relación duró más de veinte años, período en el que su envenenada pluma combatió la impostura de políticos, predicadores, abogados, racistas, capitalistas, poetas, anarquistas e inescrupulosos de todo tipo. La muerte de Ambrose Bierce está rodeada de incertidumbre. En diciembre de 1913, a los 71 años, cruzó a Méjico por El Paso en plena revolución. En Ciudad Juárez se unió al ejército de Pancho Villa, llegando hasta Chihuahua, donde su rastro se desvanece. La última noticia cierta fue una carta que escribió a un amigo íntimo, fechada el 26 de diciembre, donde dice que va a trasladarse a Ojinaga, ciudad donde unos días después se libró una sangrienta batalla. Bierce escribió: «Debe de ser horrible morir entre sábanas; si Dios quiere, a mí no me ocurrirá».

lunes, 11 de octubre de 2010

El Metalheart, la niña rockera y Forbidden, Twisted into form

Los meses 1, 4, 7 y 10, desaparezco, lo sé. Si eres autónomo, esos meses Hacienda llama a tu puerta, y no precisamente para venderte cosas de aseo y acicalamiento personal, por lo que es lógico que si mi actividad se reduce a no sucumbir presa del pánico entre facturas, piense poco en este humilde y psicotrópico blog. Claro que se me ocurren cosas, pero me parecen vanas y sin entidad; también viene gente particular con pedidos, que si bien no son peculiares, sí pasan a serlo por cómo lo piden (una clienta me pidió el otro día "La pasión trusca", y al final no, no era el libro de Antonio Gala, sino "La sonrisa etrusca" de Sampedro, y solamente me llevó 10 minutos descubrirlo, a pesar de que, por las indicaciones que ella me daba, tampoco me lo puso fácil; y un chaval con evidentes signos de problemas de atención, me pidió Far Away 451...esta era fácil, me dio tanta cosica que al irse casi le digo que hay película del libro).

Me pido ser... ese, el de la peluca...
La mayoría de mis pensamientos giran en torno al traspaso de la librería, facturas y lo que me rodea, normal que no esté escuchando a B'52 todos los días. Al espíritu otoñal que arrastro se le suma una regresión metalera de aúpa. El otro día, una niña estaba viendo videos youtube con su madre, cuando se me ocurrió, viendo cómo reaccionaba la niña ante ciertas cosas, meter el moco y sugerir un video de Twisted Sister, We're not gonna take it. BUM. La niña flipó, literalmente, hasta hizo headbanging espontáneo y vitoreó a Dee Snider, rebautizando a TS como Los Locos. Y ahora todo gira en torno a Los Locos. Hay que ir al colegio escuchando a los locos, hay que cenar oyendo a los locos, hay que montar una fiesta vestidos como Twisted Sister, hay que ir a verlos en directo, incluso hay que contactar con ellos para convencerlos de que vayan a su colegio (pero a la hora del recreo, puntualiza ella siempre)... No hay nada malo es eso, TS molan, ejercieron cierta influencia en este que aquí escribe de pequeño (un poco más mayor de lo que la niña es ahora); que cinco rockeros vestidos como furcias salidos de la más sucia alcantarilla del barrio más lumpen y más deprimido de NY influyeran a millones de chavales con su música en vez de acabar muertos a navajazos o dejándose la vida en una fábrica cualquiera es algo a tener en cuenta, pero no hay que quedarse en ellos, al menos no 24 horas al día y al menos no solamente con We're not gonna take it, por lo que intento ponerle otras cosas, algo difícil con una niña, ya sabéis que si algo les gusta, les gusta, y punto, así que ponla otra vez... Beatallica le flipan pero no entiende que sea otro grupo, por lo que también son Los Locos, al igual que Zodiac Mindwarp y su Prime Mover, que también son Los Locos... Estos son otro grupo, le digo, y ella contesta, no, son Los Locos, y yo le insisto, y si la convenzo, entonces me dice, pues quítalos y pon a Los Locos... Y alzamos los cuernos a ritmo de I wanna Rock (que también le gusta). Yo no sé lo que he hecho, la verdad, porque el videoclip se lo sabe de memoria y dice que quiere vestirse como Dee Snider un día... Su madre me mira en esos momento y yo pienso, para mí que ya no me quieres tanto...



Esta tierna y manipuladora compañera del metal que "he creado" sin querer ha provocado un seísmo regresivo en mí impensable unas semanas atrás (con lo contento que yo estaba con mi última compra a Amazon). Ahora en el coche solamente pongo a Ozzy, Tesla, Def Leppard, Y&T, Steelheart (éstos más por guiño íntimo que por filia) o Badlands. Y en la tienda he de andar con ojo, porque como me despiste, entran las señoras a pedirme el libro de María Dueñas mientras atruena "Living after midnight" y yo estoy en pleno air guitar como una soterrada locaza llena de tachuelas (ay, Haldford que engañaditos tuviste al metalerío en los '80, como Freddie Mercury a Brian May en los '70...). De golpe vivo en mitad de los '80, y me parto viendo imitar a Dee Snider a un mico de casi 7 años. Es una faceta de la música que no hay que olvidar, la diversión (con conciencia de confetti y rimel, sí, pero también de clase) y prefiero una macarra estilo Joan Jett en casa que una seguidora histérica de grupos como Pereza (qué ídem...), Fito o La Cuarta (¿o era quinta?) estación y series como Patito Feo. Si en diez años en vez de trabajar vendiendo libros o viviendo del estado acabo en una zapatería y la susodicha es de mallas y chupa de flecos me cambiaré el nombre por el de Al Bundy, lo juro por Phill Lynott.
Esta caída en barrena me ha hecho rescatar emociones fuertes, buscar cosas viscerales que intelectualizar via corazón, y he desempolvado uno de esos discos que son como un secreto inconfesable, de esos que nunca dirías que te gustan en una entrevista en RockdeLuxe, o en Babelia, o en Qué leer o en Página2 pero que secretamente escuchas con culposo placer (y qué coño, no tan culposo).

Ese es el disco. En la hipotética lista de "20 discos que te llevarías a una isla desierta", seguramente me colapsaría intentando decir cuál de los Stones me llevo, cual de Zeppelin elegiría, cual de Thin Lizzy , Wilco,  Bowie, o cuál de Miles Davis, sin embargo tras elegir 19, sé que el 20 ya está reservado, impepinablemente, me da igual, es el disco con el que Forbidden me volaron la cabeza en 1990.
Poniendo la palma de la mano en la frente: "A mí sin mi disco de Forbidden no me soltáis en una isla cualquiera, aunque me espere la diosa Julie Christie con 30 años" (bueno, vale, quedaos mis discos... a quién quiero engañar... Julia, espérame... pero se me entiende, ¿no?) ¿Que qué tiene ese disco? Nada que no tengan otros a primera vista, thrash metal bruto, pero para mí están un paso más allá. Desde la primera vez que lo escuché tuve la sensación de que ese disco era algo grande, pero no lo conoce ni Cristo, sí, si dices que el batería es Paul Bostaph igual alguien te presta atención, sin embargo cada vez que pincho ese disco no dejo de sorprenderme, ritmos, riffs, estructuras, canciones brutales, la sinfonía perfecta para la semana anterior al apocalipsis (y al carajo con el Black Metal, cualquier chaval noruego puede pintarse la cara y asustar a las vecinas mientras machaca la cuerda más gorda de su molona guitarra BC Rich mientras escupe gruñidos junto a otros tres frikis de su instituto y reparten casquería estratégicamente por el escenario, incluso puede que sean capaces de escribir un tema medianamente potable, pero parir un disco como Twisted into form solamente está al alcance de muy pocos -aparte de los obvios (que tampoco lo son tanto) y Overkill y su Years of Decay-) Así que cuando estaba  a punto de sucumbir a la laca y al spandex de Poison o Rought Cutt me he acordado de Forbidden. Era lógico, es otoño, no me veía surcando la estapa manchega a ritmo de Van Halen, tal vez el ritmo del limpiaparabrisas vaya graciosamente compasado mientras suena Jump, pero no pega si estas en plena tormenta y todo es gris. No, no le pongo a la niña a Forbidden, siempre los he escuchado a solas y me gusta que así sea, y las cosas hay que hacerlas poco a poco, y si ella dice que su canción favorita es la de Twisted Sister, pues al cole atronando...

En la época "gloriosa", formación "clásica"
Luego ya es mi momento. Siempre me pasa, escucho ese disco y pienso, "Joder, qué bueno es". Tal vez si Shostakóvich les hubiese acogido bajo su brazo y les hubiese producido el disco junto a la filarmónica de Leningrado estaríamos hablando de otra cosa, quizá de una obra de arte inmensa surgida de la rabia decadente del sistema capitalista de la América de Bush padre, hecha por unos músicos desheredados y tocados por el secreto de la genialidad y no de un disco epigónico de un estilo de música denostada por ser más propio de una manada de lúmpenes cabreados. Llegaron tarde, el pastel ya se lo habían repartido los Ulrich y compañía, los Gunners estaban llamando a las puertas del cielo henchidos de ego y vanidad y un tímido Kurt Cobain se probaba la camisa de franela de su tío mientras olía a tufillo adolescente y se cabreaba tarareando un estribillo sencillísimo, creando un himno autoindulgente que sólo tenía de revolucionario la pelusa de su ombligo,  llevándose con ello por delante a decenas de grupos que de pronto había que odiar por horteras y llenando de paso las arcas de una industria obsesionada con exprimir a los ídolos de turno hasta la muerte o el patetismo. Si Hetfield hubiese mandado a paseo al llorón de Ulrich, llevándose a Newsted con él, y hubiese formado un grupo con Craig Lociero y Paul Bostaph seguramente nos habríamos ahorrado muchos disgustos (esos Load, Reloads, documentales de vergüenza ajena, ¿por los mismos que firmaron Ride the Lighting? Venga ya....)

Los años pesan, el metal aguanta
Como llegaron tarde, Forbidden no aguantaron los envites caprichosos de la industria, y eso que el metalhead es fiel por naturaleza. Sacaron un par de discos más, pero nada comparable a Twisted Into Form, se separaron, se juntaron, cambiaron de formación y desde hace unos años giran regularmente con una formación más o menos estable, entre sus trabajos, más o menos estables. Russ Anderson da miedo, mastodonte cuyo tamaño ha crecido conforme su poderío vocal menguaba (aunque tiene oficio, mucho). Craig Lociero a la guitarra y Matt Camacho al bajo aguantan muy bien el peso de su mito efímero (vivir del metal es duro, que se lo pregunten a Anvil si no) y acaban de sacar disco nuevo...
Espero no acabar rescatando joyas perdidas en el tiempo de las estanterías que, a pesar de su fiera imagen esconden una candidez entrañable (y otras no tanto, plantearse una escucha en serio del disco Human de los Death o el primero de Metal Church no es moco de pavo), pero no hay que preocuparse, pasado mañana entrego los papeles a la gestoría y el sábado que viene voy a ver a Eilen Jewell y todo volverá a la normalidad; mientras tanto, Forbidden rules!!! Y los Twited Sister, por supuesto... (por favor, que no les pille manía,  por favor, escuchar 20 veces al día We're not gonna take it no puede hacer que odie al grupo de Eddie Ojeda, tened piedad, dioses pequeñitos que sólo queréis escuchar una canción de ellos...)

Regalito... http://vithma.blogspot.com/2010/09/forbidden-us-twisted-into-form-1990.html

 
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